Artículos

Lápiz y Papel

Opinión

Últimas Publicaciones

Se extiende determinación del caso contra Walker y Severino

jueves, diciembre 14, 2017 Comentar
La fiscalía, que cuenta con 16 testigos, presentó cuatro cargos contra el expresidente de la UPR y tres contra el exrector del Recinto de Río Piedras. (Glorimar Velázquez/ Diálogo)

La jueza Geisa Marrero Martínez extendió hasta el próximo martes la determinación de causa para arresto contra el expresidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Uroyoán Walker Ramos y al exrector del Recinto de Río Piedras Carlos Severino Valdez para examinar documentos que presentó la defensa y que podrían ser exculpatorios.

Los funcionarios fueron citados hoy al Tribunal de Primera Instancia de San Juan por supuestas irregularidades con la otorgación de becas presidenciales durante el año académico 2015-2016.

Las fiscales Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche presentaron cargos contra los profesores por violación a la Ley de Ética Gubernamental por, presuntamente, conceder beneficios a terceros; interferencia indebida de operaciones gubernamentales; y omisión en el cumplimiento del deber. Asimismo, contra Walker Ramos pesa un cargo adicional de malversación de fondos públicos.

A la salida de la vista de regla 6, las fiscales se mostraron confiadas de que la jueza fallará a su favor. “Nosotras tenemos pruebas suficientes”, indicó Meléndez Vega. El ministerio público cuenta con 16 testigos para esta radicación de cargos entre los que se encuentra el analista político y profesor Carlos Díaz Olivo.

Sin embargo, la licenciada Mercedes Bauermeister, quien estuvo a cargo de la investigación solicitada por Celeste Freytes –que fungió como presidenta interina del sistema universitario a la salida de Walker Ramos–, no está entre los testigos.

De acuerdo con Harry Anduze, abogado de Severino Valdez, la defensa presentó el informe realizado por Bauermeister que, aseguran, exculpa a los funcionarios de la primera investigación ordenada por la Junta de Gobierno de la UPR.

“La segunda investigación concluye que [el primer informe] está lleno de errores y de percepciones equivocadas. Yo me imagino que las fiscales no lo presentaron porque entendían que no les convenía”, comunicó Anduze.

El licenciado criticó que varios de los testigos serán presentados bajo juramento. Señaló, además, que la insistencia por encontrar culpabilidad en los académicos podría interpretarse como “envidia profesional” y “cuestión política”.

Tanto Anduze como José Velázquez Grado, abogado de Walker Ramos, le expusieron a la jueza que la fiscalía tampoco ha sido clara en detallar los reglamentos y las leyes que se incumplieron.

A pesar de que la defensa alegó en sala que el Panel del Fiscal Especial Independiente (PFEI) no tenía jurisdicción en el caso por excederse en la autoridad que poseen, la jueza determinó no ha lugar al señalamiento.

Por su parte, Meléndez Vega aseguró que la investigación ha sido llevada bajo los parámetros del reglamento del PFEI y que el tiempo excedido de la prórroga otorgada para radicar cargos, que vencía el 1 de diciembre, fue por culpa del huracán. “Se sometieron las prórrogas que se entendieron necesarias. Luego vino el huracán María y de alguna forma afectó el trabajo”, detalló la fiscal.

El abogado de Walker Ramos se mantuvo firme en que su cliente era inocente, que las becas fueron otorgadas a estudiantes con mérito y acusó al proceso de ser viciado con “interés de desestabilizar a la universidad”. De salir airosos, no descartaron someter cargos por difamación contra Díaz Olivo.

“Este es el principio de la etapa que nos va a exonerar de este proceso de persecución que hubo en nuestra contra. Las fiscales decidieron motu propio [voluntariamente] no presentar evidencia que exculpa tanto al rector Severino como a este servidor en este proceso”, expresó Walker Ramos tras salir de sala.

Severino Valdez no ofreció declaraciones a la prensa. Sin embargo, un grupo de profesores, líderes comunitarios y abogados se reunieron en las afueras del tribunal para mostrar su apoyo al exrector del recinto riopedrense.

Profesores de la UPRRP apoyaron a Carlos Severino durante la vista en el Tribunal de San Juan. (Glorimar Velázquez / Diálogo)


Los miembros del Colectivo por la Justicia de Carlos Severino aseguraron que el profesor fue víctima y objeto de “persecución indescriptible, inanticipable y sin precedentes”.

“El informe que se presentó para llegar a la destitución tenía muchos errores administrativos, muchas falsedades, los cuales fueron refutados en el propio informe que hizo Carlos Severino. Entonces, fue destituido sin cumplir los debidos procesos de ley y administrativo”, expresó el portavoz del colectivo, José Varela.

El licenciado también señaló que la administración de la UPR fue negligente en destituir al otrora rector del Recinto de Río Piedras basándose en un informe, presuntamente, viciado.

Aunque el Departamento de Justicia también había referido al PFEI al expresidente de la Junta de Gobierno de la institución universitaria Jorge Sánchez, no fue citado para la vista de hoy. “La decisión de nosotras [con Sánchez] fue otra”, explicó la fiscalía sin ofrecer más detalles de los procedimientos que tomarán contra Sánchez.

En febrero del año pasado salió a relucir que la UPR había concedido de manera dudosa tres becas de estudios graduados al otrora asistente del expresidente de la UPR Antonio García Padilla, Carlos Pagán Cuebas; al exasesor en Asuntos Públicos del exgobernador Alejandro García Padilla, Arturo Ríos Escribano; y a la sobrina del Jorge Sánchez, Mónica Sánchez Sepúlveda.

Los becarios fueron recomendados antes de que abriera la convocatoria. Además, contrario a lo que dictaba el reglamento para la otorgación, las ayudas económicas se concedieron en áreas no prioritarias y en universidades de no “connotado prestigio”, a excepción de Pagán Cuebas, quien estudia en la Universidad de Harvard.

El escándalo provocó la destitución de Walker Ramos y Severino Valdez, así como la renuncia de Jorge Sánchez.

A Sánchez Sepúlveda se le concedió un plan de pago para regresar los $23,200 de beca que recibió y Ríos Escribano devolvió sus $25,000. Sin embargo, Pagán Cuebas no devolverá los fondos.

Para más información sobre este caso, lea:


Más preguntas que respuestas sobre las becas presidenciales

Carlos Pagán Cuebas refuta informe de becas presidenciales

Violaciones e irregularidades impunes en las becas presidenciales

Al tribunal Uroyoán Walker y Carlos Severino por las becas presidenciales

Informe realizado por Mercedes Bauermeister:



Primer informe encargado por la Junta de Gobierno:


_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Al tribunal Uroyoán Walker y Carlos Severino por becas presidenciales

jueves, diciembre 14, 2017 Comentar
El expresidente de la UPR y el exrector del Recinto de Río Piedras fueron investigados por irregularidades en el otorgamiento de becas presidenciales. Sigue aquí las incidencias. (Archivo)

El Panel del Fiscal Especial Independiente (PFEI) le radicará hoy cargos criminales al expresidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Uroyoán Walker Ramos y al exrector del Recinto de Río Piedras Carlos Severino Valdez por supuestas irregularidades con la otorgación de becas presidenciales durante el año académico 2015-2016.

Ambos funcionarios fueron citados hoy a la Sala de Investigaciones en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan para una vista de regla 6 donde un juez determinará si hay causa probable para arresto. Las fiscales Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche necesitarán presentar una mínima cantidad de pruebas en la que evidencien la imputación.

Aún se desconocen los delitos que serán presentados contra Walker Ramos y Severino Valdez.

Según el referido del Departamento de Justicia, los académicos eran investigados por utilizar “los deberes y las facultades de su cargo para obtener, directa o indirectamente, para él o para una persona privada o negocio, cualquier beneficio que no esté permitido por ley”.

Asimismo, se les imputó de posible malversación de fondos públicos y violación a la Ley de Ética Gubernamental.

A la vista llegará un grupo de profesores, abogados, líderes comunitarios y gestores culturales que están convencidos “de la necesidad que se sepa la verdad”. El Colectivo por la Justicia Carlos Severino se propone respaldar al profesor y denunciar “injusticia, abuso de poder y persecución”.

“Sin fundamento en los hechos ni la normativa universitaria o legal aplicable a Severino en su carácter de rector del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, se le pretendió responsabilizar por el proceso de otorgación de becas presidenciales con relación a aspectos sobre los que no participó ni tenía control”, comunicó ayer el colectivo en un parte de prensa.

A pesar de que Justicia también había referido al PFEI al expresidente de la Junta de Gobierno de la institución universitaria Jorge Sánchez, no fue citado para la vista de hoy.
¿Por qué están siendo investigados?

En febrero del año pasado salió a relucir que la UPR había concedido de manera dudosa tres becas de estudios graduados al exasistente de Antonio García Padilla, Carlos Pagán Cuebas; al exasesor en Asuntos Públicos del gobernador Alejandro García Padilla, Arturo Ríos Escribano; y a la sobrina del presidente de Jorge Sánchez, Mónica Sánchez Sepúlveda.

Los becarios fueron recomendados antes de que abriera la convocatoria. Además, contrario a lo que dictaba el reglamento para la otorgación, las tres ayudas económicas se concedieron en áreas no prioritarias y en universidades de no “connotado prestigio”.

El escándalo provocó la destitución de Walker Ramos y Severino Valdez, así como la renuncia de Jorge Sánchez.

A Sánchez Sepúlveda se le concedió un plan de pago para regresar los $23,200 de beca que recibió y Ríos Escribano devolvió sus $25,000. Sin embargo, Pagán Cuebas no devolverá los fondos.
Línea del tiempo posterior a la divulgación de la irregularidad:

  • 26 de febrero de 2016: El senador Ángel Martínez Santiago le solicita al Departamento de Justicia una investigación sobre el otorgamiento de las becas presidenciales.
  • 9 de marzo de 2016: La Junta de Gobierno (JG) de la UPR autoriza una investigación externa en torno a la concesión.
  • 7 de julio de 2016: La JG destituye a Walker Ramos y Severino Valdez.
  • 13 de julio de 2016: Justicia recibe el informe de la investigación externa solicitada por la Junta de Gobierno.
  • 29 de agosto de 2016: La presidenta interina de la UPR, Celeste Freytes González, contrata una segunda investigación externa sobre el asunto.
  • 16 de noviembre de 2016: El secretario de Justicia, César Miranda, ordena la paralización de la . investigación.
  • 7 de febrero de 2017: Justicia recibe el informe de la investigación externa solicitada por Freytes González.
  • 13 de febrero de 2017: La División de Integridad Pública retoma la investigación.
  • 23 de febrero de 2017: La Secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, notifica al PFEI su determinación de concluir la investigación preliminar.
  • 5 de abril de 2017: Justicia refiere el caso al FEI.
  • 20 de abril de 2017: El FEI le designa el caso el PFEI y se le asignan dos fiscales: Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche.
  • 13 de septiembre de 2017: El PFEI le concedió a los fiscales una prórroga, hasta el 11 de octubre, para presentar el informe de la investigación.
  • 7 de diciembre de 2017: Las fiscales dicen que radicarán cargos criminales.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Migrar para sobrevivir

miércoles, diciembre 13, 2017 Comentar
Boricuas que se trasladaron a Nueva York, luego del huracán María, cuentan por qué decidieron irse del país y cómo les está yendo. (Dominik Scythe / Visual Hunt)

Tenían que hacerlo. Dejarlo todo. Migrar. Comenzar de cero.

A Aurora López Vázquez la decisión le tomó 57 días. Cincuenta y siete días sin luz, sin agua, sin Internet, sin trabajo. Le tomó 57 días de angustia y una semana en el hospital.

“Llegué hasta hospitalizarme en un psiquiátrico y soy una profesional. Tuve que ir a Capestrano y estuve una semana. Por mi situación de salud, salí de Puerto Rico”, contó.

La mujer, natural de Carolina, trabajaba como secretaria en una escuela en Trujillo Alto. Los precios de los artículos básicos estaban en aumento. Llegó a pagar hasta cuatro dólares por el hielo y ochenta centavos por la gasolina.

Le era insostenible.

Entre lágrimas y una voz quebrantada, confesó: “Yo estuve dos días sin nada en mi casa. Nos preparamos, pero no a esta magnitud”.

De sus vecinos no podía esperar mucho. Aunque algunos tenían plantas eléctricas, se negaban a enfriarle una botella de agua.

“Están siendo egoístas. La gente te pelea. La solidaridad es lo que hemos perdido”, soltó.

Del gobierno, recibió menos.

Se cansó.


Aurora López Vázquez (centro) se enfermó mentalmente por la situación caótica de Puerto Rico tras el paso del huracán María. Marangely Santiago López (izquierda), su hija, perdió sus dos empleos por la lenta reconstrucción del servicio de energía eléctrica. A la derecha, Doris Plaza, su amiga, les brindó un hogar en la ciudad de Nueva York. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


El 15 de noviembre, Aurora y su hija, Marangely Santiago López, partieron de Puerto Rico hacia la ciudad de Nueva York, a casa de su amiga Doris Plaza. Por suerte, consiguieron pasajes baratos. “¿Y aquellos otros, que me duele, que no puedan salir de la isla?”, cuestionó.

Dos semanas después de su llegada, bajo temperaturas de 30 grados –nada parecido al clima tropical del archipiélago borincano–, Aurora y Marangely se dirigieron al East Harlem, “El Barrio”. Irónicamente, iban al Julia de Burgos Latino Cultural Center en la avenida Lexington con la calle Miss Aida Pérez – Loíza Aldea.

Allí, en una zona que no ostenta lujosos edificios, donde por décadas las minorías se han refugiado haciendo de este su barrio, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, abrió el 19 de octubre un centro de servicios centralizados para las personas afectadas por los huracanes María, Irma o Harvey.

El fin es que, dentro de la caótica ciudad, los damnificados puedan obtener todos los servicios necesarios en un mismo lugar. 

El centro de servicios Julia de Burgos Latino Cultural Center está ubicado en la avenida Lexington con la calle Miss Aida Pérez – Loíza Aldea, en la zona conocida como “El Barrio”. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

“Ves la diferencia –dijo al salir del centro cargando un bulto–, ya tengo toda la ayuda. Yo llegué aquí, solamente para aplicar, y mira cómo salí: con gift cards [tarjetas de regalo], con cupones, coats [abrigo], ropa interior. No es esta la ayuda que hay en Puerto Rico. En un mismo lugar te ayudan con el seguro social, con los cupones, a conseguir trabajo, te ayuda FEMA, te ayuda el servicio médico, solicitas el Medicare. Pero en Puerto Rico hay una burocracia terrible”.

Esa agilidad en las ayudas no se ha visto en la isla, ni por el gobierno local, ni por el federal. A 85 días del siniestro 20 de septiembre, más de la mitad de la población aún carece de energía eléctrica; 15,000 personas militan como novatos en las filas del desempleo; otros miles se encuentran aún en la espera de los toldos azules que ofrece la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para cubrir los techos que desaparecieron con las ráfagas huracanadas.

“Puerto Rico dice que se levanta y no se va a levantar por el momento. Se levanta el que tiene chavos, el que tenga padrinos, godfather”, expuso a las afueras del centro. “La diferencia entre Puerto Rico y Estados Unidos es en cuestión de ayudar al ser humano, de ser solidarios. Esto es hacer solidaridad. Esto es identificarse con el pueblo que ha sufrido”.

A su lado, Marangely asentía. La joven estudiante perdió sus dos empleos. Trabajaba en dos negocios. Ambos cerraron.

“A mí que me dejen aquí”, soltó Aurora antes de que se marchasen.

A los 15 minutos, otra familia de puertorriqueños salió del centro. María Vega, de Aguada, migró con su esposo y sus dos hijos, de 10 y 11 años. Se mudaron con su madre, María López, quien vive en el Bronx hace 15 años. 


María Vega, de Aguada, migró a la ciudad de Nueva York con su esposo y sus dos hijos, de 10 y 11 años. En Puerto Rico no encuentran trabajo. Tras el paso del huracán, unas 15 mil personas quedaron desempleadas. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


“Allá no hay empleos. Acá nos ofrecieron todas las ayudas. Nos ofrecieron para las camas, ayudarnos con la renta, con la comida, con darnos cash [dinero en efectivo]”, indicó la madre.

Del centro, dijeron haber recibido un trato “excelente”, a diferencia de las agencias gubernamentales en Puerto Rico. No dieron muchos detalles, pero una sonrisa genuina se imponía en sus rostros.

“Yo he visto la cara cuando entra la gente triste porque lo han perdido todo, han venido acá y han encontrado que por lo menos la ciudad de Nueva York les ha dado una bienvenida. Que tiene un centro específico donde pueden obtener informaciones. Vemos la reacción, el cambio, cuando entran y cuando salen. Por lo menos, salen con un poquito más de esperanza de lo que han llegado”, dijo la vocera del Departamento de Manejo de Emergencia de la Ciudad de Nueva York, Yokarina Duarte.

Según la funcionaria, el centro ha recibido alrededor de 1,500 visitas, que no necesariamente se traduce en número de personas. Se han acercado desde familias completas, incluyendo mascotas, hasta madres solteras. Aunque han llegado residentes de las Islas Vírgenes, la gran mayoría han sido boricuas.

Lo que le ha sorprendido a Duarte es que muy pocos han requerido servicios de vivienda. “Se están quedando con familiares. Hemos visto que la mayoría de las ayudas que necesitan las personas han sido en servicios sociales y mentales”.

El recorrido por las distintas agencias gubernamentales toma alrededor de dos horas. Por eso, se recomienda cita previa a través del 3-1-1 o en nyc.gov. Sin embargo, no le niegan los servicios a quien llegue de improviso.

Duarte no está ajena de lo que sucede en Puerto Rico. Ella visitó la isla. Llegó con una brigada de la “Gran manzana”. Fueron 278 empleados los que estuvieron recorriendo el País brindando asistencia. La semana pasada, otra brigada llegó a Puerto Rico para ayudar en la recolección de escombros.

“Poder ir a la isla, ver la destrucción que ha habido, ayudar, venir acá [a Nueva York] y seguir ayudando a las personas necesitadas, ha sido un gran alivio. Para nosotros ha sido una de las mejores experiencias y mira que lidiamos con bastantes tipos de emergencias”, manifestó. 

Según Yokarina Duarte, vocera del Departamento de Manejo de Emergencia de la Ciudad de Nueva York, la mayoría de los damnificados que visitan el centro son boricuas. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

La diáspora abraza a los que llegan


Lillian Ortiz Guevara fue otra de las mujeres que visitó el centro. Como ya trabaja a medio tiempo, solo solicitó la cubierta médica del gobierno porque, aseguró, los tratamientos sanitarios son carísimos en la ciudad.

“El recibimiento fue excelente, todo el mundo muy amable, muy dispuesto a ayudar. Lo que sí es que hay demasiada cosa junta, no hay un poco de privacidad para la gente. Había una muchacha que le tocó en la mesa mía y empezó a llorar”, criticó.

La mujer tuvo que dejar a su esposo en Puerto Rico y moverse con su hijo a Nueva York para que continuara sus estudios. La decisión le pesa. Sabe que en su tierra la reconstrucción avanza con tropiezos.

“Todo el mundo en Puerto Rico dice ‘estamos bien’. Cojo.., no estamos bien. Estamos jodí’os. Hay un desastre”, dijo enérgicamente. Suspiró. “Nosotros no nos estamos yendo porque nos da la gana”.

Tras el paso del huracán María, estimados del Centro de Estudios Puertorriqueños del Colegio Hunter de la Universidad de la Ciudad de Nueva York han asegurado que Puerto Rico perderá sobre 470,000 residentes en los próximos dos años. Esto significa una merma de 14% en la población actual.

“Yo no vivo donde vivía, no duermo donde dormía. Estamos aquí porque en realidad lo que está ocurriendo en nuestro país no va adelante, no vemos luz y tenemos que movernos porque no somos un árbol. No es cuestión de que ahora yo no tenga solidaridad, ni sentimiento patrio. Cojo… Es que yo tengo que mantener a mi familia, tengo que trabajar y mi hijo tiene que ir a la escuela, tenemos que seguir. El que se tiene que quedar, pues se queda. Mi marido se quedó, sigue trabajando, pero yo no pude. Y no es fácil”, sostuvo.

A pesar de las críticas que ha recibido por marcharse, encontró en la diáspora un calor familiar. Desde que llegó, ha estado trabajando con diferentes grupos de nuyoricans como: Taller Boricua, La Marqueta, El Barrio’s Artspace y está coordinando La Promesa de Reyes.

“La diáspora ha hecho una labor fantástica. El corazón de la gente de aquí está con nosotros. Mira quién está respondiendo: la diáspora. Qué bueno que se vinieron para acá, para que, en estos momentos de necesidad, pudiéramos contar con ellos. ¡Qué lindo! Yo sé que si ellos necesitaran de nosotros, nosotros también vendríamos para acá a bregar. Ver esa reciprocidad y ese amor tan grande de esta gente, que no se han desconectado de la isla, vale. Esta ciudad tiene mucho que dar para el que quiere bregar”, expresó antes de irse al trabajo. 


Lillian Ortiz Guevara tuvo que dejar a su esposo en Puerto Rico y mudarse con su hijo a Nueva York para que continuara sus estudios y conseguir un empleo para sustentar su familia. Lo cuenta con tristeza. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

También se sufre


Sin embargo, no todos los que se han refugiado en la ciudad de Nueva York les ha ido de maravilla.

A finales de octubre, Sheila Ramos decidió dejarlo todo y mudarse a Estados Unidos con sus dos hijas: Idennies Díaz y Alanis Crespo.

“Desde que llegamos aquí nos han tratado súper mal”, dijo Sheila.

De Puerto Rico, ellas viajaron a Washington D.C., a casa de una amiga. Luego de unos días, llegaron en guagua a la ciudad donde habitan más de 8.5 millones de personas. Con todo y maletas, se dirigieron al centro Julia de Burgos. Allí, comenzaría su odisea.

El primer encontronazo fue en la oficina de servicios de vivienda. “Una afroamericana, de apellido Lawrence, nos trató bien mal. Dijo que nada tenía que ver que llegáramos por el huracán María. Se estaba burlando del inglés de mami y le tiró hasta los papeles”, contó Idennies. La funcionaria también cuestionó el parentesco entre madre e hija.

Como no tenían residencia en la ciudad, la familia fue trasladada a un albergue donde tendrían que esperar diez días para recibir la aprobación o denegación del servicio de vivienda pública.

“Cuando llegué al shelter [refugio] me dio un ataque de histeria. No teníamos sábanas, ni almohadas. No había nada. Hacía frío. La calefacción no funcionaba”, rememoró Sheila.

Según las boricuas, el edificio tiene una peste insoportable. Las cucarachas se pasean por los pasillos. Se llevan el agua caliente y deben llegar antes de las diez de la noche.

Luego de los diez días de espera, le llegó las cartas de vivienda y los cupones, en las que les denegaban los servicios. Así, sin explicaciones. 


Los servicios del centro Julia de Burgos se ofrecen tanto en inglés como español. El recorrido por todas las agencias que allí se encuentran toma alrededor de dos hora. Se recomienda cita previa. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


Se dirigieron al Julia de Burgos nuevamente. El trato hosco continuó. “Ya tú recibiste ayudas”, fue la bienvenida. Seguido de un: “No estoy hablando contigo”, a Idennies antes de que le impidieron el paso a la oficina.

Aunque llamaron al 3-1-1 para querellarse, todavía esperan el número de la denuncia.

“Aquí también dan el Welfare, pero yo no me atrevo a solicitarlo. No quiero que piensen que soy una buscona. Yo lo que necesito es un empujón”, aseguró la madre.

Por azares del destino, llegaron hasta la oficina del asambleísta del Bronx Marcos Crespo. Él les atendió. Ellas le contaron sus desdichas. “No se preocupen, no están solas aquí, le vamos a ayudar”, les consoló el político.

Así fue. Crespo llamó al supervisor general de los cupones de la ciudad de Nueva York. Entraron al sistema. Para sorpresa, la funcionara había puesto que la familia recibía seguro social, cuando no era cierto. También se percataron que no habían trabajado el expediente luego del sometimiento. Al menos, eso se resolvió. Eran elegibles.

“Tú sabes lo que es que no hemos podido probar una buena comida desde que pasó María por Puerto Rico”, lamentó Sheila.

Sin embargo, estos traspiés no le quitan el ánimo. Idennies y Alanis no quieren regresar a Puerto Rico.

“Yo voy a dar la lucha. Yo sé que van a venir cosas mejores. No me voy a quitar. No me voy, no me devuelvo”, aseguró.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo