El día que tú me merezcas

lunes, marzo 07, 2016

El día que tú me merezcas serás sin más la mejor persona que jamás habrá existido. El día que tú me merezcas habrás crecido, habrás madurado, te habrás dado cuenta de todo lo que dejaste pasar. Ese día, serás lo más grande. Te valoraré por como has cambiado, porque has logrado vencer tus miedos, porque te has atrevido a amar. Te envidiaré porque serás feliz, serás inmensamente feliz porque valoraste las cosas que te rodean, porque dejaste el orgullo. Así será el día que tú te merezcas algo como yo. 

El día que tú me merezcas, te habrás dado cuenta de todo lo que hice por ti y comenzarás a hacer lo mismo por mí. Te levantarás todos los días con ganas de saber de mí, me escribirás constantemente, querrás verme a diario, reirás sin razón: solo por recordarme. Vivirás para hacerme feliz, por verme sonreír, por regalarme momentos inolvidables juntos. Estarás ahí cada noche, velando porque descanse, estarás ahí cada día, cuidándome. 

El día que tú me merezcas, no lo podrás ocultar. No volverás a desaparecerte por días, por semanas... El día que tú me merezcas, tendrás ganas de llamarme, de hablar conmigo, de verme, de dar una vuelta -las mismas ganas que tuve yo-. 

Ese día, yo no habré cambiado mucho. Bueno, quizás un poco. Yo al menos, seguiré ahí, presente, como hasta hoy. Seguiré esperando un espacio en tu día, continuaré siendo un espacio en tu agenda, un tiempo de desahogo de todo el agobiante día. Yo, quizá, permanezca ahí para cuando llegue ese día que aún sigue incierto.

Ese día, entonces, será el momento en que despiertes. Mirarás todo lo que has recibido durante este tiempo y compararás lo que has dado tú. Solo será ese día...

Entretanto, seguiré conformándome con lo que das, con lo poco que me das. Seguiré siendo esa persona que está ahí para cuando tienes tiempo, seré quien te recuerde lo que habíamos planificado, seré quien anime a encontrarnos, quien te anime para que resolvamos todos los asuntos pendientes que dejamos abiertos aquel día en el auto... pero tú y yo sabemos muy bien que eso nunca llegará. 

Ambos sabemos que ese día que me merezcas está más lejos de lo pensado y lo más seguro nunca llegará porque entendemos bien tus debilidades, porque entendemos que las cosas son así. Que la vida cada vez más se complica, se enreda, se entrelaza. Que las personas caminan hacia adelante buscando sus propios intereses, que todo se hace más complicado, un enredo, una maraña, un lío, Entonces, es ahí cuando comprendemos que las relaciones son así. Simples, confusas. Es ahí cuando descubrimos la insoportable levedad de ellas, lo irritante que pueden llegar a ser, lo pesadas, lo hipócritas -que te hacen sonreír al mismo tiempo que te hacen llorar-... 

Bueno, el día que tú me merezcas, me buscarás. Y ahí, en ese momento, sabré que yo también me merezco algo mejor que tú. 


#Gardel

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XXII. Casado con la vida y amante de la comida. Boricua. Viajero. Periodista en formación.

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