"A mí no me dio ningún efecto secundario, ni mareos, ni vómitos, ni nada. Hasta la fecha me ha ido bien”, expresó Jaymilis Santos. (Glorimar Velázquez / Diálogo)
Allí, rodeada de profesionales, jóvenes y viejas, Jaymilis aprende sobre la vida, se desahoga, expande sus conocimientos, conoce gente como ella –con sus mismas luchas– le hablan sobre el tratamiento hormonal y la salud sexual.
Jaymilis tiene 27 años, está casada, de hecho, fue la primera trans en contraer matrimonio en Puerto Rico. Hace un mes, entró en un tratamiento para disminuir el riesgo de contraer el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Al medicamento se le conoce como Profilaxis preexposición (PrEP, por sus siglas en inglés) y no interfiere con su proceso hormonal.
“A mí se me hizo difícil con la hora. Empezando, se me escaparon como dos [dosis] a lo que me acostumbraba. A mí no me dio ningún efecto secundario, ni mareos, ni vómitos, ni nada. Hasta la fecha me ha ido bien”, indicó la joven.
Lleva dos años en la transición transexual, sin embargo, dice que ahora es que se está informando mejor sobre cómo es el proceso idóneo con las hormonas.
Cuando comenzó su proceso de cambio, el problema mayor lo tuvo en su familia, roces, para ser exactos, con su padre. El conflicto se resolvió con tiempo y educación.
La joven habla con entusiasmo del programa de prevención al que ingresó hace unas semanas. Aclara que no está en PrEP, como muchas personas piensan, porque está “al garete”, sino porque quiere cuidarse y protegerse de un virus que afecta a 20,184 personas en Puerto Rico.
“Uno sabe de uno, pero no sabe de la persona que está al lado tuyo y yo me cuido por eso. Aunque use protección como quiera es bueno uno evitar malos ratos”, dijo.
El PrEP es la combinación en una tableta de tenofovir y emtricitabina. Estos medicamentos coformulados bloquean o disminuyen el riesgo de que el paciente contraiga el VIH porque trabajan en dos lugares específicos del ciclo de vida del virus evitando que se replique o se infecten otras células, explicó la doctora Maribel Acevedo.
Tomar PrEP no influye con el proceso hormonal, aclaró la directora médica asociada al Centro Ararat.
“No es un criterio de exclusión o una contraindicación. Las hormonas, por lo general, se metabolizan por el hígado si son ingeridas. En PrEP el metabolismo es renal. Son dos órganos completamente diferentes”, detalló.
Doctora Maribel Acevedo. (Glorimar Velázquez/ Diálogo)
Así, entre los requisitos que se evalúan para ser elegible al PrEP, se encuentran los pacientes en riesgo, ya sean porque tienen parejas seropositivas o por poseer múltiples compañeros o compañeras sexuales; y aquellas personas que utilizan drogas intravenosas o intercambian jeringuillas.
“El riesgo siempre existe, aunque se utilice el medicamento todos los días a la misma hora, pero es menor”, resaltó la doctora generalista y tratante de VIH.
Entre las tres pacientes transexuales que atiende Acevedo y que están en el tratamiento preventivo, se encuentra Ashley Torres, quien comenzó su proceso hormonal hace 14 años.
“Yo tomé el tratamiento PrEP para precaución de mi vida social. Obviamente, ahora mismo yo no tengo pareja –no estoy casada– pero uno siempre debe proteger su salud y a los suyos”, confesó.
Ashley, de 40 años, solo lleva unos días con el tratamiento PrEP y hasta el momento no tiene ningún efecto secundario, contó.
Las consecuencias adversas del tratamiento son mínimas y pueden variar desde dolores de cabeza hasta malestar estomacal.
Aunque Ashley lleva poco tiempo utilizando PrEP, está segura de que el medicamento no es para todo el mundo.
“Este medicamento es para todo el que tenga una buena disciplina de que pueda tomarse un medicamento todos los días a una misma hora. Obviamente, no se puede interrumpir el tratamiento”, soltó mientras la doctora asentía con la cabeza.
Además de tomarse el medicamento a la misma hora, los pacientes deben cumplir con una serie de requisitos como: ser mayor de edad, estar capacitados emocional y mentalmente, asistir periódicamente a las citas y una batería de laboratorios no solo iniciales sino también de seguimiento.
Este medicamento preventivo no se suscribe solo a pacientes trans sino que puede utilizarse por cualquier persona independientemente de su preferencia sexual.
Incluso, según las últimas estadísticas del Departamento de Salud, el 29% de las personas –unas 13,909– con VIH/Sida se contagiaron por contacto heterosexual. Esta categoría es únicamente superada por la adquisición del virus a través del uso de drogas inyectables 43% o lo que equivale a 20,338 personas.
Del paciente ser rechazado por las aseguradoras de salud, existe un acuerdo colaborativo con la industria farmaceútica que prepara los productos –Gilead– que tiene un programa de asistencia para que el paciente salga con la receta o los medicamentos a la mano, por lo general, ese mismo día o en 24 horas, resaltó la doctora Acevedo.
Si no se puede por el programa de asistencia, hay unas fundaciones que ayudan también con los copagos del medicamento.
“Por lo general, salen con el medicamento sin ningún problema, no se les cobra por eso, quizás se les cobra por la evaluación y es una cifra mínima”, explicó la experta.
Luego se pasa a la parte clínica en la que los pacientes deben hacerse una serie de análisis y laboratorios en donde verifican que el cuerpo esté óptimo para recibir el medicamento.
“Esto no es que estás bien, te doy la prevención y te veo en tres meses”, aclaró la doctora, quien tiene a varias mujeres trans en citas de evaluación en vías de convertirse en pacientes de PrEP.
Además del tratamiento preventivo contra el virus de la inmunodeficiencia, el centro también posee un programa de hormonas en el cual se capacitan a los y las participantes mediante una serie de talleres, todo apoyado por el Departamento de Salud.
En la comunidad trans los tratamientos hormonales son individualizados, pues dependen de lo que el paciente quiera tener o dejar de tener.
En el caso de los hombres, se les provee testosterona para disminuir el estrógeno del cuerpo y lograr que las características visibles sean masculinas. En mujeres, se les brinda estrógeno para reducir los niveles de testosterona.
“No importa el sociodemográfico o el estilo de vida que lleven, la idea es que estén bien educaditas y que se cuiden”, dijo la doctora.
Para Ashley, el centro ha sido un oasis dentro del desconocimiento médico que impera en Puerto Rico en cuanto al transexualismo.
“No hay médicos que sepan atendernos, aquí saben cómo tratar a una transexual y las cosas que nosotras buscamos, las ayudas que buscamos y el trato que buscamos”, indicó.
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Original del publicado en Diálogo.
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