Ambos rectores no mostraron rechazo ante posibles paros o huelgas.
Los únicos dos rectores que no presentaron su renuncia ayer luego que la presidenta interina de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Celeste Freytes González, dimitiera a su cargo, coincidieron en que el sistema universitario público del país no puede estar a dispensa de juegos políticos y que se tiene que respetar.
Tanto el rector de la UPR en Cayey, Mario Medina Cabán, como el de UPR en Humacao, José Encarnación González, aseguraron que se mantendrán a la cabeza de sus unidades y defenderán la labor que estas instituciones ejecutan en la sociedad.
“La UPR no puede estar a dispensa de juegos políticos. La universidad hay que respetarla”, sentenció Medina Cabán.
Asimismo, el rector de la UPR de Cayey explicó que la próxima acreditación de la unidad del sistema universitario fue la razón por la que no renunció a su cargo.
“Lo que ocurre en el caso de Cayey es que estamos en medio de la acreditación de la Middle States [Commission on Higher Education]. Lo que agrava todo es que nosotros tenemos una Junta de Control Fiscal que ya ha incidido en nuestro modo de operar. Para mí, es importante terminar con el proceso, nosotros estamos finalizando estudios que hay que enviar el miércoles que viene y tenemos que terminar esto”, dijo.
Por otro lado, Encarnación González resaltó que no presentó su renuncia puesto que “la presidenta ofreció espacio [de renunciar o no] a los rectores de acuerdo a las circunstancias de cada quien y cada recinto. Humacao tiene una responsabilidad que cumplir”, expresó.
Según el rector de los búhos y búhas de Humacao, su unidad recibe sobre 4,000 estudiantes –de 16 pueblos– de los cuales la mitad se encuentran bajo el nivel de pobreza. “La universidad los saca de su estado de marginalidad y los reposiciona socialmente haciendo un gran esfuerzo de movilidad social”, resaltó.
Ambos rectores expresaron que las renuncias de nueve rectores del sistema UPR no vienen acompañadas de ninguna presión política y extendieron su solidaridad a aquellos que tomaron la decisión de cesar con sus labores.
Manipulación mediática
Freytes
presentó su renuncia luego de semanas de malos entendidos entre la administración del gobernador Ricardo Rosselló Nevares, acción que fue catalogada por Medina Cabán como “un juego mediático”.
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Las expresiones de Ramón Rosario, secretario de Asuntos Públicos, quieren proyectar al gobernador como el paladín y el defensor de la universidad. Si la universidad fuera su prioridad lo que estarían entonces buscando es cómo mejorarla y hacerla eficiente. La comunidad universitaria ha estado dispuesta hacer lo que se tiene que hacer, pero no del modo y la manera en que ellos nos están exigiendo”, manifestó.
Además, el rector de Cayey tildó las expresiones de Rosario como una “demagogia típica” de políticos. Acciones que, a su entender, solo pueden representar “mala comunicación” entre la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (Aafaf) y el Gobierno; o una “artimaña para tratar de hacer quedar mal al liderato universitario”.
Ante este tema, el rector de Humacao concordó en que “la manipulación mediática es una estrategia muy efectiva en Puerto Rico”. “Pienso que las implicaciones de esta distracción y esta seducción mediática tiene como consecuencia que la gente no entiende y si no hay entendimiento no puede haber proceso valorativo”, acotó.
Encarnación González también cree que el trato del gobierno con la UPR ha sido una falta de respeto. “[Pero] no se puede respetar lo que no se valora porque no se entiende”, sentenció.
$300 millones menos sería catastrófico para la UPR
Si bien el trato no ha sido el más efectivo, lo cierto es que la Junta de Control Fiscal (JCF) sugirió un recorte de $300 millones a la UPR. Por tanto, la administración del sistema universitario comenzó con la delineación de un plan fiscal que cumpliera con estos parámetros.
Sin embargo, para Medina Cabán, de aplicarse esta indicación de la JCF sería desastroso para la UPR.
“Le piden en dos años cortar lo que el informe Krueger le tomaba cinco. Ya se veía la costura. Un recorte como ese sería devastador para la universidad. Imagínate, cerrando ocho unidades no se llega a los $300 millones, ¿de qué estamos hablando entonces? ¿Queremos que la universidad deje de existir?”, cuestionó.
Igualmente, para Encarnación González, los recortes millonarios a la UPR serían catastróficos no solo para la institución pública, sino para el país en general. “Sobrevive primero la universidad y luego veremos si sobrevive el país”, sostuvo.
Actualmente, la administración de la UPR se encuentra revisando todos los programas académicos de todos los recintos académicos y unidades para posibles consolidaciones o eliminación.
“Hay que ver, porque existen otros sectores que están esperando que eso ocurra para ellos poder capitalizar”, añadió Encarnación González.
Sin embargo, el rector de Cayey no descarta esta opción. “Pudiéramos quizás regionalizar algunas de las concentraciones. Hay que hacerlo, hay que considerarlo, están sobre la mesa. No tengo problema alguno en que la región similar, Humacao-Cayey, se pudiera comenzar a contemplar iniciativas como esa”.
Confiados en los estudiantes
Ante todo este panorama, la comunidad estudiantil
ha comenzado a organizarse y no han descartado ninguna herramienta de lucha. Ambos rectores no mostraron rechazo ante posibles paros o huelgas.
Para el rector de Humacao, sus estudiantes han creado un “movimiento consciente, solidario y con disposición de poner sobre la mesa asuntos que le pueden afectar tanto a ellos como a otras unidades”.
Medina Cabán fue más allá y apuntó que la labor que quizás realicen los estudiantes es necesaria, pues cree que hay que replantearle a la JCF y al gobierno el papel de la UPR.
“Parte de mi rol como profesor fue formar seres pensantes que pudieran mirar una situación, analizarla y llegar a unas conclusiones y por ende tomar acciones basadas en esa develación. Yo creo en el liderato de nuestros jóvenes, de nuestro estudiantado. […] Ante una Junta de Control Fiscal, ante un gobierno neoliberal, hay que frenar y decirles que la universidad aporta mucho y no es el problema”, expresó.
El rector de Arecibo explica su renuncia
Por su parte, Otilio González Cortés, rector de UPR en Arecibo y quien sí presentó su renuncia, desmintió que le hayan pedido que lo hiciera.
“No nos estaban pidiendo la renuncia. Lo que ocurre es que el puesto de rector tradicionalmente responde al presidente de la UPR”, explicó González Cortés, nominado al cargo por el expresidente Uroyoán Walker Ramos.
La razón de su renuncia gira en torno a la recomendación de la JCF de recortar $300 millones. A su entender, con esta reducción, la universidad queda en un estado de “falta de defensa”. Aunque cree que en momentos de crisis fiscal todos los sectores deben cooperar y que la universidad no puede estar exenta de contribuir, no entiende la suma exorbitante que representa el 30% del presupuesto de la UPR.
“Pedirle selectivamente a la UPR $300 millones en recortes sin uno entender de dónde llega esa cantidad […] representa una devaluación de lo que es la universidad, de lo que hace la universidad, de la contribución de la universidad al país. Eso sí afectó en la toma de decisiones mía como rector”, dijo.
Asimismo aseguró que la UPR lleva años ajustando su presupuesto y sin embargo han seguido trabajando más y con menos dinero.
“Yo llevo 27 años en la Universidad de Puerto Rico, ayudado a construir la Universidad y se me resulta bien difícil que me digan que tengo que contribuir a destruirla”, sentencio.
Si bien la suma del presupuesto de las ocho unidades del sistema universitario no llega a los $300 millones, el rector no cree en el cierre, pues consideró que las unidades son “mucho más efectivos para el país porque nosotros atendemos más estudiantes con un presupuesto más pequeño. Yo no creo que nosotros seamos el problema, creo que nosotros somos parte de la solución”.
En lo que sí cree González Cortés, es en la posibilidad de hacer ajustes, consolidaciones de servicios y oficinas y en un reestructuración completa del sistema.
En cuanto a las luchas estudiantiles y de los posibles paros y manifestaciones, el rector dijo que creía firmemente en que la UPR siempre debería permanecer abierta porque la institución está para servirle al país.
“Podemos diferir de la JCF, podemos diferir del gobierno central, podemos diferir de la administración, pero la universidad tiene que dar un servicio al país, deberíamos ser muy cautelosos en cerrar recintos”, opinó.
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