Rey Marrero Skerrett es estudiante de la Universidad de Puerto Rico, además es fundador y baterista de Yibáro. |
Eran las siete de la noche y en un salón del recinto riopedrense la música resonaba. Era el grupo Yibáro que -a la cuenta del baterista Rey Marrero Skerrett- inundaba el área con una melodía distintiva, fresca y relajante.
Todo comenzó oficialmente en el 2011, contó su fundador Rey Marrero, aunque sus inicios datan de sus estudios superiores en la escuela UHS.
“Era un proyecto para una clase: Historia de Puerto Rico. Entonces la maestra media hippie, le gustaban las cosas así fuera del salón, hablar de todo, de la patria, del amor por la tierra, todo eso. Entonces, hicimos una canción que se llamó “Patria mía” que era dedicada a todas las bellezas de Puerto Rico y por ahí siguió el deseo de seguir componiendo, de reunirnos con los panas para pasar el rato”, recordó Rey.
De esos momentos entre amigos para vacilar, pasarla bien y hacer lo que les apasiona, surgió esta agrupación que en menos de cinco años ya pisó el Coliseo José Miguel Agrelot abriéndole en concierto a Sie7e, además el verano pasado su canción Bombón se escuchó por las emisoras de la Isla y en enero viajaron a Miami para promocionar su música.
Su fundador, quien estudia música en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), nunca tuvo en mente que esto llegara a ser su estilo de vida. En la escuela superior estaba más enfocado en los deportes -baloncesto específicamente- y no tenía idea de lo que quería hacer en la universidad, pero estaba decidido en entrar a la casa de los gallitos y jerezanas.
Entonces, un amigo de su hermana le hizo recapacitar. “Él estaba estudiando música para ese entonces, yo tocaba con él algunas veces. Ya para ese entonces yo tenía mi agrupación, pero no era nada serio así como tal, y pues él como que me empujó para que estudiara música”, contó el joven.
Sin embargo, aún estudiando en la UPR-RP no había encontrado su verdadera vocación pues se encontraba en un trance, dijo. Fue en su primer año, caminando por el Centro de Estudiantes que se preguntó: “mano ¿en verdad yo querré seguir tocando con la agrupación? porque habrán muchas otras cosas que hacer. Algo en mí dijo: ‘métele’”.
Y en ese momento pasó todo. Ahí se dio cuenta que la música era lo que quería para su vida.
Rey percibe todo de una manera rítmica, camina al compás de la música y habla armoniosamente, como si cantara. Y es que para este baterista, la música es un estilo de vida completo. “Conlleva mucho sacrificio, mucha responsabilidad, mucha disciplina… y se convierte en la petición que te pide la misma música de prestarle esa atención que ella se merece”, manifestó el joven que se distingue por sus dreadlocks.
“Yibáro es un estilo de vida, yo le meto todos los días" - Rey Marrero. |
Yibáro, sus metas y el mercado
Este gallito, cuando habla de sus éxitos, no suele hacerlo en singular porque él no hace la agrupación solo, apuntó.
El éxito de Yibáro ha sido gracias a las oportunidades que han ido surgiendo en el camino. La primera fue gracias a Ernesto “Tito” Chévere Hernández, quien le dio la oportunidad de participar en el festival de Claridad. Gracias a esas mismas oportunidades que se les presentaron, como con los Perros de Pavlov, tocaron en par de actividades seguidas, se presentaron en Claridad el año próximo y por ahí siguieron, recordó.
“Yibáro es un estilo de vida, yo le meto todos los días. Son cosas que se han aparecido, son oportunidades. No han sido metas porque yo nunca dije: ’Yo quiero hacer un concierto con Sie7e, mano’. Respeto su música, respeto lo que hace porque yo sé el trabajo que cuesta hacer tú música y que a ti te guste y te plazca y la gente pueda escucharla, eso cuesta mucho trabajo, mucho tiempo, mucho esfuerzo. Pero no era la meta”, recalcó Rey quien funge como director musical de la banda.
Para el joven estudiante las metas van más allá de abrir conciertos, para él la música trasciende todo el espectáculo que se presenta. “Mi verdadera meta es llevar el contenido, llevar lo que yo siento de verdad, lo que es la música, lo que es el arte. Me fijo más en proyectar lo mejor de nosotros, de mí como músico individual. Meta sería lo que es nuestro disco. Meta sería lo que la gente pueda ver de nosotros”, resaltó.
Y sus declaraciones no están basadas en la nada, a su corta edad y con los pocos años de trayectoria, Rey -junto con Yibáro- ha podido palpar las desigualdades del mercado de la música. Por eso, enfatizó que hay mucho conflicto de intereses en los cuales los artistas sacrifican sus ideales y los contenidos originales, porque así se lo exige la industria. “No necesariamente lo que la gente conoce es el mejor contenido o el mejor material. Se ve directamente asociado con nuestro estatus político. Se han adoptado estereotipos y las modas se han adoptado en la cultura puertorriqueña y poco a poco se va limitando el arte como tal: al artista”
De esta forma, Rey trabaja fuerte para hacer de cada una de sus canciones una experiencia única, en la cual quepa su arte, su expresión. Así, Yibáro -aunque está enfocado en el “reggae roots”, también toman influencias tanto de la cultura puertorriqueña como de la parte académica del jazz, funk y rock. Es un mezcla, como el jíbaro, aseguran en su página web.
Marrero Skerrett -para no olvidarnos de sus apellidos-, posee influencias en especial de sus amigos, de su familia y de sus parejas, pues lo inspira la solidaridad que han tenido para consigo.
“Es algo difícil tener que dividirse entre universidad, trabajo, estudio”, sostuvo.
Hasta el día de hoy, ha podido sobrellevar la carga completa. Quiere terminar de estudiar, pues para él, “la Universidad es un universo y te da tantas habilidades que te ayudan profesionalmente”. Pero está decidido y si algún día no puede aguantar con el empuje hará lo que tenga que hacer, confesó.
Por otro lado, le preguntamos qué lo ha hecho distinguirse, qué lo ha hecho diferente a esos otros jóvenes que están intentando sobresalir en el ámbito musical. Sin pensarlo dos veces y con sonrisa en rostro contestó que es diferente a los demás y que su carisma siempre lo ha hecho destacarse:
“De donde vengo, mi educación, me han inculcado ciertas ideologías, ciertas maneras de pensar. Nunca cerrar oportunidades, nunca cerrar alguna opción. Tratar de ser lo más objetivo siempre y saber que el trabajo es un tema delicado y que hay que ser bastante maduro al considerar opciones, bendiciones, y saber que en cualquier momento -al igual que puedes subir- puedes caer. Una limitación en un momento puede ser una liberación en cualquier otro”.
Aun con todo lo que ha logrado, Rey considera que está en su primera etapa, que está comenzando. Se está sacrificando ahora para poder disfrutar de los frutos eventualmente, aunque ya los está comenzando a ver, al menos en sus habilidades como músico gracias a los estudios y a su banda.
“Yibáro es todo, es mi bebé. Representa familia, representa disciplina, trabajo… representa mi sueño de vida, en verdad”
Este virtuoso de la batería tiene ganas de superarse cada día más, quiere llegar a dejar una huella en Puerto Rico, quiere poder expresar su arte, expresar su música, expresar su sentir. “Yo siempre quiero ser mejor, cumplir con todas las expectativas -aunque yo sé que eso no es real-, nunca hacer el mal y tratar de componer algo en esta sociedad tan jodi’a”, finalizó.
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Lea los artículos anteriores sobre esta serie de estudiantes de éxito:
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Original del publicado en Diálogo.
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