En esta monografía estaré exponiendo
el tema de la mujer en los medios de comunicación masiva, especialmente en la
televisión de los Estados Unidos de América y por consiguiente en Puerto Rico
ya que nos guste o no, somos parte de ese Estado. Tomé este tema ya que me he
percatado que los medio de comunicación promueven el machismo y la misoginia,
esto es lo que le estaré probando a través de este trabajo. Es muy importante
para los puertorriqueños que tomen en cuenta este tema si es que queremos vivir
en un Puerto Rico de verdadera democracia e igualdad como lo dicta nuestra
Constitución: “Que el sistema democrático es fundamental para la vida …
entendemos por sistema democrático aquel donde la voluntad del pueblo es la
fuente del poder público, donde el orden político está subordinado a los
derechos del hombre y donde se asegura la libre participación del ciudadano en
las decisiones colectivas” (Preámbulo). Debemos darnos cuenta que los medios de
comunicación (no solo de nuestra Isla) tienen sexo: masculino. Debemos entender que muchos trastornos psicológicos que poseen
las puertorriqueñas y los puertorriqueños son productos de nuestros medios de
comunicación. Entonces, si queremos saber qué pasa en nuestra sociedad hoy día,
debemos entender lo que está pasando en los medios de comunicación.
Para exponer este tema utilicé tres
documentales: Miss Escaparates, ¿Y tú, cuánto cuestas? y El cuerpo de las mujeres, además de
varios artículos extraídos del Internet con la base ProQuest y otras
monografías y entradas de portales web que hablan de la mujer y los medios de
comunicación que se citaran a base del formato MLA. Se dividió el tema en subtemas
que ayuden al mejor entendimiento de este, como: la explicación de lo que son
los medios de comunicación, cómo estos afectan a la mujer, qué causa la
publicidad, la mujer y la política, entre otros temas lo cuales incluyen
estadísticas y citas para sustentar lo que deseo plantear.
La televisión ha sido la niñera de
muchos de nosotros y lo sigue siendo para los más pequeños. La televisión es
capaz de configurar opinión, aptitudes e incluso sentimientos. Tenemos que
saber discernir en que los programas de televisión se pueden soportar y tolerar
siempre que tengamos presente que en su mayoría son un circo bien montado. Los
circos, al igual que los programas actuales de la televisión, buscan entretener
a un público, que seríamos nosotros los televidentes. Según el Diccionario de
la Real Academia Española (DRAE) dicta que circo es: “Edificio o recinto
cubierto por una carpa, con gradería para los espectadores, que tiene en medio
una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas, animales
amaestrados, etc.”. El edificio será el escenario donde se graba el programa,
que posee una o más pistas, las que normalmente vemos que se centra la acción
del programa, con gradas para los espectadores, que pueden ser presenciales
como los programas de Don Francisco, Caso Cerrado, TV Ilegal, que tienen
público presente o nosotros en la comodidad de nuestro hogar que estamos
sentados alrededor del televisor (como si este fuera la pista). En el circo se
utilizan máscaras o maquillaje extravagante para llamar la atención del
público, esto sería las libras de maquillaje y la presentación de caras
perfectas que llevan los conductores, animadores y presentadores que hacen que
nosotros “los mortales” admiremos esos rostros y le prestemos atención. Además
de presentar payasos (personajes de los programas televisivos como La Cuatro
[en Don Francisco] o Plinia [en Día a Día]), malabaristas (traen personas a
manejar ciertos temas con los cuales parece que conocen a cabalidad) y animales
amaestrados (¿no se les parece a las modelos que utilizan que al parecer solo
sirven para hacer todo lo que el moderador les diga que hagan?). Los programas
de televisión de hoy son un circo traído a nuestros días, traído a la comodidad
de nuestro hogar para que lo podamos ver cuando queramos.
Los medios (me referiré así para los
medios de comunicación) son una base fuerte en nuestras vidas, pero están tan
adentrados a nosotros mismo que no nos damos cuenta de la gran influencia que
estos ejercen en notros. La televisión nos manipula, nos crea necesidades, nos
enajena de nuestra realidad, la fuerza de las imágenes permite que el mensaje
se conecte directamente con nuestro inconsciente y que logre modificar la
percepción de la realidad, nos venden realidades que no existen y nos trasmiten
lo que ellos quieren que nosotros percibamos. Por tal: “Quien controla los
medios, controla la cultura” (Allen Ginsberg) [1].
II.
Desarrollo
A.
Medios de Comunicación: la televisión
Comenzaremos por definir los
términos que estaremos utilizando a través de la monografía. Los medios de
comunicación son el instrumento o la forma para realizar un proceso de
comunicación, por lo general se utiliza para hacer referencia a los medio de
comunicación masivos, pero existen otros medios de comunicación que no son
masivos como el celular (en la monografía lo utilizaremos como medio de
comunicación masivo). Los medios de comunicación son instrumentos que están
constantemente evolucionando, la primera forma de comunicarse entre humanos era
a través de señales, luego signos, hasta la evolución de la Internet de hoy.
¿Qué es televisión? Según el DRAE es: “Transmisión de imágenes a distancia
mediante ondas hercianas”. La televisión es un sistema que sirve para trasmitir
y recibir imágenes en movimiento y sonido a distancia, se transmite a través de
ondas de radio, redes de televisión por cable, televisión por satélite o IPTV,
cuyo receptor es el televisor. La televisión es el “medio de comunicación de
masas por excelencia” (García, Leticia 2), por tal, escogí este de entre todos
los medios de comunicación. Por último, la publicidad según el DRAE es:
“Divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a
posibles compradores, espectadores, usuarios, etc”. La publicidad trata de
persuadir, a través de tiempo o espacio comprado en cualquier medio de
comunicación, a los miembros de un mercado. Sabiendo esto veremos cómo estos
tres conceptos se han unido para crear la maquina “lava cerebros” más eficiente
del mundo.
¿Sabía usted que un adolecente
norteamericano ve en promedio 31 horas semanales de televisión, escucha 17
horas de música, emplea 3 horas en ver películas, 4 horas en leer revistas y 10
horas en la Internet? Un joven está 10.45 horas al día conectado a los medios
de comunicación masivos, comparado con las 7 horas promedios que pasa en la
escuela, ¿quién está educando verdaderamente a nuestros jóvenes?
Al día son 1,000 millones de personas las que usan el
Internet[2],
al igual que muchos otros medios por lo que debemos tener presente que estos
son el mensaje y también son el mensajero. Hay algo en ellos que está afectando
a los televidentes, en especial a las mujeres, que las hace sentir inferiores,
que hace que callen, que se depriman y sientan vergüenza de ellas mismas.
B.
¿Cómo afecta la televisión a las mujeres?
La televisión crea estereotipos de
cómo debe ser la mujer y el hombre y estos han sido repetidos desde la
invención de la publicidad. Según el Diccionario de la Real Academia Española,
un estereotipo es: “Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad
con carácter inmutable”. Los estereotipos son un “conjunto de ideas que un
grupo o una sociedad obtiene a partir de las normas o los patrones culturales
previamente establecidos” (Mateos, Ruth et al. 10). Estos estereotipos que
trasmite la televisión hace que quienes no son iguales a estos o no logran
alcanzarlos se sienten inconformes con ellos mismos.
Según el documental Miss Escaparate el 53 % de las chicas de
13 años o menos no les gusta su cuerpo, ya a los 17 años aumenta a un 78 % de
las jóvenes. El 65 % de las mujeres tiene trastornos de alimentación, el 17 %
de las jóvenes se cortan o se mutilan el cuerpo y la depresión en mujeres se ha
duplicado entre el 2000 y el 2010. ¿Tendrá algo que ver el pan de cada día, los
medios de comunicación, con todo esto? Claro que tiene que ver.
Las mujeres se juzgan a sí mismas
por lo que, según la televisión, deben ser. Al igual los hombres juzgan a la
mujer por lo que ven en los medios. Lo que no sabe la mujer es que los medios
de comunicación presentan todo desde una perspectiva masculina porque son ellos
los que la controlan, así que la imagen de la mujer que se presenta es lo que
los hombres se imaginan de ella, no se presenta lo que en realidad son. Ofrecen
una imagen distorsionada, convencionalista, conservadora, que solo reflejan los
valores, propósitos y estereotipos dominantes y que ayuda a los prejuicios
sexistas respecto al papel que las mujeres deben desempeñar en nuestra
sociedad. La EFE News Service en su artículo Mujeres están discriminadas en noticias y medios, asegura experta en
Cuba: Cuba-Comunicación nos define los medios como los que: “contribuyen a
divulgar imágenes estereotipadas y no equilibradas de las mujeres y de los
hombres que fortalecen las desigualdades y la discriminación en una sociedad
notoriamente patriarcal” (EFE News Service, Mujeres).
La televisión junto a la publicidad
quiere que las mujeres sean algo que no son. Les crean necesidades ficticias
para vender sus productos, ¿quién ha dicho que la mujer gruesa no es hermosa?,
la publicidad/la televisión. Ellos necesitan vender sus productos de “pastillas
milagrosas para rebajar”, sus cosméticos que alisan el cabellos y sus maquillajes
que hacen que te veas “de 20 años menos”. La televisión hace, con las imágenes,
que creas todo lo que ves, va trasformando tu idea de ver la realidad a su
gusto. La jurista costarricense, Alda Facio, fue citada en un artículo de La
Mañana de Córdoba: “Es importante para comenzar que en los medios de
comunicación deben tratar con más dignidad a la mujer, que no hayan esas
publicidades tan sexistas y mercantilistas del cuerpo de las mujeres. Las modas
atentan contra la dignidad … La moda es una forma de controlar a las mujeres”
(Romito, M.). Con toda razón, los medios televisivos junto a la publicidad
crean dependencias y van atentando con la dignidad no solo de las mujeres sino
con las de todos. Henry Kissinger, político y ganador del Premio Nobel de la Paz
dijo: “No se trata de lo que es verdad si no de lo que se percibe como verdad”[3].
C.
Lo que causa la publicidad
En los EEUU, en el 2009, se gastaron
unos $235.6 billones en publicidad, ¿sabían que el 80 % de los países tiene un
presupuesto anual bruto inferior a esto? Esta publicidad va dirigida mayormente
a la mujer, por el absoluto creado de que la mujer es consumista por
excelencia. Lo invertido en publicidad cumple su función ya que una mujer
estadounidense gasta aproximadamente entre 12,000 a 15,000 dólares anuales en
productos de belleza, salones estéticos y ropa a la moda.
Las cirugías estéticas en menores de
19 años se triplicaron entre 1997 y 2007. Un “facelift” cuesta aproximadamente
$11,429, con esa cantidad de dinero se podrían pagar 5 años en un “community
college”, 2 años en una universidad del estado o 1 año en la Universidad de
California[4],
en la Universidad de Puerto Rico, con una matrícula todos los semestres de 15
créditos, se podrían pagar aproximadamente 7 años.
Tanto en Puerto Rico como en los
EEUU tener un televisor en su hogar es algo indispensable, pensando que es un
aparato inofensivo, este se vuelve el integrante más influyente. La televisión
se rige y obtiene ganancias de la publicidad, mediante la cual se generan
necesidades innecesarias. Los niños son los más afectados con la televisión por
su mentalidad frágil y esponjosa que absorbe todo lo que ve y escucha. Un niño
en los primeros años de su vida no sabe distinguir entre los programas y los
comerciales, en los primeros dos años de su vida comienza a reconocer las
marcas publicitarias y a tener cierto grado de lealtad hacia ellas, a los 18
años el joven habrá visto 200,000 actos violentos en la televisión u otros
aparatos electrónicos, a los 65 años habrás visto más de 2 millones de anuncios
y habrá estado 9 años pegado a un televisor u aparato equivalente. Esto
significa que tu celebro es lavado lentamente y manipulado por las empresas que
rigen el mercado publicitario, el sistema nos controla, controla nuestra
actitud, fabrica nuestros temores, nutre nuestras inseguridades y deforma la
visión que se pueda tener hacia la vida.[5]
La
publicidad tiene gran impacto en nuestras vidas, según James Stovall en Writing for the Mass Media: “One
estimate has the individual consumer confronted with 1,600 advertising messages
every day” (289). ¿Cómo es posible
que podamos vivir recibiendo 1,600 anuncios diariamente? Llegará un momento en
que perderemos la noción de cuál es la realidad y qué es publicidad. Este
bombardeo excesivo, causa que las mujeres, al no lograr el objetivo de ser como
modelos de “Victoria Secret”, se depriman, callen, se avergüencen de sí mismas
y piensen que su voz no sirve para nada. La Sociedad Americana de Psicologías (APA
por sus siglas en inglés) ha mencionado que la mujer comienza a verse ella
misma como un objeto que tiene que lucir, comienza a deshumanizarse.
D.
La mujer y la política
Las mujeres callan y les hacen creer
que no tienen poder. Esto lo vemos en muchos aspectos de la vida pero se
percibe más en la política. En Estados Unidos el 51 % de la población son
mujeres, pero son solo el 17 % en el Congreso. En Puerto Rico pasa lo mismo,
aquí las mujeres son el 52 % de la población según el Censo del 2010, ¿cómo es
posible que entre cámara y senado las mujeres solo tengan, al igual que los
EEUU, el 17 % de la representación? En las elecciones del 2010 fueron las
únicas en el que las mujeres no han conseguido un puesto en el Congreso desde
1979, a este ritmo pasarán 500 años para poder lograr una igualdad en la rama
legislativa. En los EEUU solo han existido 34 mujeres gobernadoras frente a los
2,319 hombres en el mismo cargo. ¿Sabían que 67 países del mundo han tenido una
mujer presidenta o primera ministra? Estados Unidos de América no es uno de
estos países. La gran “potencia mundial” ocupa el puesto número 90 en el mundo
por la participación de mujeres en la legislatura. Nos asombraría saber que
países como Cuba, China, Iraq y Afganistán, de los cuales nos han dicho que la
mujer es menospreciada y se le priva de sus derechos, tengan más representación
femenina en el gobierno.
¿Dónde está la supuesta igualdad que se profetiza en
nuestro país o dónde está la supuesta liberación de la mujer? No ha ocurrido
aún, a la mujer se le sigue callando, se le ha otorgado una “libertad” que no
vemos. No podemos seguir creando leyes y gobernando al país a base de un solo
pensamiento, el de varón. ¿Dٖónde está la democracia si en el gobierno no
participan las mayorías? La televisión nos promueve que el liderato es para los
hombres, que la mujer acata órdenes. Podemos ver esto desde los programas
infantiles, donde siempre el líder de la “pandilla” es un hombre, en los
anuncios donde siempre la mujer aparece atendiendo el hogar y es el hombre el
que sale a trabajar (que es símbolo de poder) y hasta en las películas de
Hollywood. La actriz Julie Carmen es citada en un artículo de La Opinión: “En
el cine y la televisión lo más importante son los dólares. El sexo y la
violencia tienen carácter multinacional. No necesitan subtítulos” (Vidal, J.)
E.
Hollywood y la mujer
Tocaremos este tema de Hollywood
porque son estas películas las que se trasmiten en la televisión boricua y las
que tienen más popularidad y auge en la Isla. Hollywood lo que hace es repetir
los mismo estereotipos una y otra vez. Estas compañías se dejan llevar por una
fórmula para hacer más efectivo el consumo, la misma afirma que las mujeres
quieren ver historias de hombres pero que los hombres no quieren ver historias
de mujeres. Si esto fuera cierto tendríamos que atender esta situación porque
no es equitativo que a la mitad de la población no le importe la vida,
problemas o situaciones de la otra parte.
Por esta razón es que vemos muy pocas veces a las mujeres
en papeles protagónicos (solo el 16 % de las películas tienen como protagonista
a una mujer) y cuando lo hacen es porque quieren conseguir el amor de un
hombre. No vemos películas donde la mujer es la buscadora de su destino, de
poder, de ser la capitana. La mujer protagonista siempre está detrás de un
hombre, del amor, de casarse o de tener hijos. Entre el 1937 y el 2005 solo
hubo 13 protagonistas femeninas en películas de animación, todas con ganas de
encontrar el amor. Cuando la protagonista es una jefa siempre las vemos como
víboras, amargadas, que han sacrificado todo por estar ahí y que no poseen
ningún lazo sentimental, para colmo es un hombre el que viene a ponerlas en su
lugar, a quitarles el poder.
Simplemente se utiliza a la mujer en las películas como
un objeto sexual que atraiga las miradas de los hombres que las desean y de las
mujeres que tratarán de imitarlas. Los medios televisivos, en especial las
películas de Hollywood, hacen creer a los chicos que hay que ser poderosos,
ambiciosos, líderes, tener el control, pero lo más que trasmiten es la
prioridad de satisfacer la necesidad sexual con las mujeres, lo que provoca
hombres maltratadores, despiadados y violadores. Esto porque los demás chicos
se burlan de los que no demuestran el lado “masculino” (el más macho, el
fuerte, el que no llora), los critican, les miran con desprecio como si fueran
menos hombres, y esto pasa también al nivel de los adultos. Los hombres no ven
a las mujeres como un ser que va ascendiendo sino como un ser que les quiere
quitar el poder.
Las películas para todo público no se salvan de trasmitir
dichos estereotipos y absolutos. Transmiten la hipersexualización presentando a
las protagonistas con trajes muy provocativos o actitudes provocadoras ¿no han
visto a Tinkerbell, Jasmin o Ariel? Esto sin contar el ideal que transmiten las
princesas, ¿cuándo ha existido una princesa gorda? Desde pequeños se les
inculca a los niños que la superficialidad y el físico es lo más importante. “La
hipersexualización de Hollywood es tóxica”[6] (Jane Fonda), comenzamos a crear mujeres objetos y hombres que solo buscan
saciar sus deseos. Las princesas y príncipes se van comiendo la libertad de
nuestros niños silenciosamente.
F.
La televisión
Los programas de televisión no se
quedan atrás. Los “reality shows” presentan a las mujeres como unas perversas,
malvadas, peleonas, caza fortunas, en las cuales no se puede confiar y menos si
eres otra mujer. Presentan esta idea de que las mujeres son enemigas por
naturaleza y que tienen que competir por demostrar cuál es la más bella, la que
tiene más poder y la que logrará quedarse con el “príncipe azul”. Las chicas se
lo creen y luego lo reproducen en la vida real.
Hoy vemos que hasta las noticias
presentan una imagen provocativa de la mujer, incitan a las reporteras a
ponerse escotes y faltas cortas para poder llamar la atención. En programas
como Despierta América utilizan el
cuerpo de la mujer para vender, han ido despidiendo a las reporteras que tenían
y van incluyendo a modelos con cuerpos creados para ver si así las personas se
animan a ver los noticieros. No obstante lo que hacen es dañar la imagen de las
reporteras, las cuales irán perdiendo credibilidad mientras más se suban la
falda.
Las
noticias en los medios también cumplen un factor importante. Los periodistas no
siguen las luchas feministas con tanto auge como lo hacen con otras noticias. “Por
lo general, el temario periodístico se centra en reiterar escenarios, repetir
personajes, ignorar ciertos temas, y postergar sectores sociales y que suelen
coincidir con la imagen que se tenga de la sociedad a la que los propios medios
ayuda, potenciando roles y valores dominantes” (Fraga, C. 3). La mujer no será
noticias si no consigue llegar a altos puestos jerárquicos en los medios y
pueda tener voz y voto en lo que será publicable y lo que no. Como exponen en
el documento Mujeres y medios de
comunicación: “En el ámbito de la igualdad laboral persisten los prejuicios
y el rechazo de los varones a trabajar bajo la dirección de una mujer. Son
pocas todavía las áreas del campo profesional del periodismo y la comunicación
cuyas direcciones estén a cargo de mujeres” (Beltrán, R).
No es que no hallan mujeres periodistas o aspirantes a
los cargos, según Discriminan a las
mujeres en los medios, UNESCO: “En más de 83 países … las mujeres
representan al menos la mitad del alumnado de las escuelas de periodismo y de
comunicación, pero de 239 organizaciones examinadas, únicamente ocho tienen al
frente a una mujer, es decir, apenas el tres por ciento en América” (González,
C.). En otra parte de la misma la autora afirma: “Hay barreras invisibles y
disuasorias que penalizan a las mujeres en un entorno de trabajo adaptado a las
exigencias y prioridades masculinas, en muchos casos esta discriminación
aparece a la hora de la contratación por el solo hecho de ser mujer”. ¿Dónde
está la supuesta igualdad entre hombres y mujeres? Pero este tema se abordará
con detalles más adelante.
Las noticias tratan de presentar a la mujer como una
villana, la cruel o despiadada. Mientras que los varones son la voz campante,
los que poseen las mejores ideas y los que son cultos. Según el estudio Women, Men, and Media que presentó el
periódico La Opinión aseguraba que:
“a las mujeres se las presentó en situaciones negativas el 30% de las veces. A
los hombres, el 11%. Pero incluso cuando las mujeres protagonizaron noticias de
carácter "positivo" lo hicieron en un 49% de ocasiones como figuras
del mundo del espectáculo, mientras que los hombres aparecieron en la categoría
"positiva" como expertos, líderes, autoridades y forjadores de
opinión” (Vidal, J.). Claro, porque la mujer es “la culpable de todo”, la que
causa las violaciones, la que rompe matrimonios, la que trajo el pecado al
mundo o la que asesina a sus hijos, mientras que los hombre por más despiadados
que sean se les santifica por sus dotes y acciones.
En el documental El
Cuerpo de las mujeres explicaban que: “La televisión aunque habla de la
realidad y trate de representar la realidad, puede disimularla. La televisión
roba, afea, mina el paisaje de la consciencia de todos, nos quita las raíces y
los fundamentos” (Zanardo,L. et al.). Debido a su alto contenido sexista y degradante
hacia la mujer, la televisión va cambiando la idea que poseemos de las mujeres
porque no podemos distinguir en la ficción representada en esta y la realidad
en la que vivimos. Debemos comprender que todo lo que se hace en la televisión
es para ganar audiencias, subir el “rating” y así poder ganar dinero con la
publicidad. La verdadera misión de los programas no es una pedagógica es lucrativa,
de hacer lo que fuese por obtener “rating”. Por tal, a las mujeres: “Muchas
veces las vemos tratadas no como personas con una dignidad inviolable, sino
objetos destinados a satisfacer la sed de placer y del poder de los otros”
(Santos, F).
Pier Paolo Pasolini tenía ya
entendido que la televisión destruiría la poética, potencialmente expresada,
por el rostro humano[7].
Pasolini no estaba más cerca de la verdad, hoy vemos como las mujer y hombre
que aparecen en la televisión son sometidas a una fuerte presión para mantener
unos rostros “impecables”, libres de arrugas y con simetrías perfectas. La
televisión busca que la mujer, mayormente, esconda las arrugas, que esconda el
sufrimiento que ha pasado, porque lo que tratan es enajenarnos de la realidad,
llevarnos a un lugar donde el sufrimiento no existe o se resuelve fácilmente. Pero,
si nuestro rostro es la imagen de nuestra autenticidad, de nuestra alma, ¿por
qué la televisión trata de esconderlo con libras de maquillas y operaciones
estéticas? Lo hacen porque la cara representa vulnerabilidad, por tal si eres
una mujer y se te nota que no eres fuerte, que puedes ser herida, los hombres
no te tomarán en consideración, es un mecanismo para demostrar que se tiene
poder. Claro está, esto sin contar la idea de presentar mujeres que sean dignas
de “admiración” pero una que solo sea física y no por la inteligencia que
poseen.
En muchas ocasiones degradamos el
trabajo de las damas de compañías, pero no nos percatamos que patrocinamos a
las modelos de televisión que hacen básicamente lo mismo que las primeras. Las
modelos acompañan al animador en la cita que tiene con sus televidentes para
presentar su programa (si la modelo es la animadora, nos acompaña a nosotros
los televidentes). Estas hacen todo lo que le mande el conductor con el fin de
entretener a este y a nosotros los espectadores (tenemos modelos que se dan
unos baños de agua, otra que bailan y aquellas que simplemente usan su cuerpo
para divertir). Entonces, ¿aceptamos a las modelos de televisión y no podemos
hacerlo con las damas de compañías? La televisión usa todos los recursos que
han sido efectivos en el mundo real y los lleva a la pantalla, así han hecho
con esto. Las modelos son las nuevas damas de compañías que nos entretienen
durante el programa, porque eso es lo que busca el televidente,
entretenimiento.
De esto último quienes han tenido la
culpa son los mismos programas televisivos y los noticieros, porque cada vez se
dedica menos tiempo al buen periodismo, al serio, al rebuscado, pero más tiempo
a las noticias de farándulas, espectáculos y sensacionalistas, porque es más
barato para ellos. Entonces, las noticias comienzan a reclasificarse, a tener
nuevas prioridades y no por su sentido de enseñanza o significación política,
económica, social o culturas, más bien por lo novedoso, lo escandaloso o lo
insólito. Mario Vargas Llora podrías aportar muy bien a este tema con su libro La civilización del espectáculo, donde
plantea: “una prensa también es light,
ligera, amena, superficial y entretenida que, en los casos extremos, si no
tiene a la mano informaciones de esta índole sobre las que dar cuenta, ella
misma las fabrica” (54 – 55). Hasta ese punto ha llegado la televisión y el
periodismo no solo en los EEUU, también en Puerto Rico, donde vemos que los
programas trasmitidos a la hora de mayor audiencia son unos vacíos, que carecen
de verdadera información y lo que se dedican es a “noticias” vanas como Dando Candela y Lo Sé Todo.
Para finalizar, “Los medios no solo
actúan como notarios de la realidad, sino que la construyen y la interpretan”
(Fraga, C. 5). No podemos caer en la mentira que nos han hecho creer los medios,
en especial el televisivo, cuando nos dice que ellos nos dan lo que queremos
ver. ¡Mentira!, nos dan lo que ellos nos quieren proponer, lo que las compañías
auspiciadoras quieren darle publicidad o lo que quieren que nosotros creamos,
todo fruto del capitalismo arraigado de nuestra sociedad.
G.
Mujeres en el poder y la televisión
Existen mujeres en puestos de poder
como Hillary Clinton y Sonia Sotomayor en los Estados Unidos o Jennifer
González y Carmen Yulín en Puerto Rico. ¿Pero, qué hace la televisión con estas
mujeres ejemplares? Sencillo, hacen que las mujeres no se sienta identificada
con ellas, hace que nos les llegue el mensaje de que no tienen que usar su
cuerpo para tener poder. Estas mujeres han llegado a sus puestos por sus
propios méritos, nada de escotes llamativos o actos provocadores. La televisión
las cubre pero se centra más en su “look” y en sus aspectos físicos que en la
obra que tratan de promover. Por presentar un ejemplo, en Puerto Rico hemos
sido testigos de las grandes burlas que se le han hecho a Jeniffer González por
ser una mujer gruesa, las que ha recibido Carmen Yulín al ser llamada lesbiana
por los medios y no podemos dejar el “¡mírala que linda!” frase que se hizo tan
popular para referirse de una manera sarcástica a la primera gobernadora de
nuestra Isla. Siempre que una mujer está tratando de alcanzar una posición de
poder y está en una entrevista, se centran en hacerle preguntas relacionadas a
cómo cuidará de su familia, a saber su “status” sentimental, si es soltera le
preguntan cuándo se piensa casar, entre otras preguntas que se desvinculan con
su vida profesional y los actos que ha alcanzado, tratando de trasmitir el
ideal de que la mujer es del hogar.
A los medios les cuesta presentar la
imagen de una mujer en el poder. En las primeras cuatro semanas de John Boehner
como presidente de la Cámara de Representantes en el Congreso de los Estados
Unidos ya había aparecido en cinco portadas de revistas nacionales como: TIME,
National Journal, The New Yorker y otras. ¿Saben en cuántas portadas apareció
su predecesora en el puesto, Nancy Pelosi, en los cuatro años que estuvo en el
servicio? En ninguna[8].
Pero ella no es el único caso, las mujeres no acostumbran a estar en portadas
según este artículo de La Opinión: “Sólo
el 25% de la información en las primeras páginas de los diarios estadounidenses
se refiere a mujeres o a sus opiniones. El porcentaje de imágenes femeninas en
primera página ha sido del 39%, comparado con el 73% de gráficas de hombres
publicado en el mismo lugar, durante el mes de febrero” (Vidal, J.).
Situaciones muy parecidas le
sucedieron a Hillary Clinton, donde recordamos que fueron los medios quienes
sabotearon las elecciones al burlase completamente de la candidata a la
presidencia en el 2008, aunque se presentó con una imagen fuerte y sutil al
mismo tiempo que provocó que la tildaran de bruja en los grandes medio. Por
otro lado, tenemos a Sarah Palin que presentó una imagen de hiperfeminidad y
¿qué hicieron los medios?, la pornografiaron y sexualizaron con un sin número
de comentarios sexistas que daban asco, que eran repugnantes para cualquier
mujer[9].
Entonces, ¿qué buscan los medios en las mujeres?, ¿cómo quieren que se
presenten? Pues, los medios no quiere que se presenten de ninguna forma, ellos
siguen trasmitiendo lo que han aprendido, que la mujer no puede estar en el
poder, que la mujer es para dedicarse a las tareas del hogar y para ser sumisa
ante su marido. “¡Cuántas veces vemos su papel de mujer y de madre ridiculizado
e infravalorado! … su labor profesional aparece como una caricatura del hombre,
con el rechazo de las cualidades específicas de la intuición femenina: la
comprensión, la compasión y su contribución esencial en la civilización del
amor” (Santos, F.).
No es cierto de que el mundo está
cambiando para bien dice la actriz Geena Davis[10],
tampoco es cierto que las mujeres tienen las mimas oportunidades que los
hombres, falta mucho por cambiar, se necesita un cambio verdadero. Gavin Newsom
vicegobernador de California se expresaba en así: “Cuando no te tratan igual,
te están deshumanizando. Cuando no te dan las mismas oportunidades … Cuando la
gente te mira de otra forma porque eres mujer y … estas en una posición de
cierta influencia que normalmente estaría ocupando un hombre por razones de
tradición o historia, la gente duda de tu cualificación, te están
deshumanizando”[11].
Con todo este bombardeo atroz que hacen los medios a las mujeres que tratan de llegar
al poder las niñas que lo ven se sientes amenazadas y no se atreverán a
alcanzar uno de estos cargos.
H.
Los medios en manos de hombres
Nos podemos estar preguntando, ¿por
qué si existió un “boom” femenino, si la mujer ha sido tan “liberada”, cómo es
posible de que los medios sigan trasmitiendo ideales machistas? La razón es
porque los medios siempre han estado en manos de hombre. En otro artículo de la
EFE News Service, Hombres Ocupan 73% De
Cargos Directivos En Medios De Comunicación Globales, citaban al periodista
de origen argentino y ex directiva del diario Miami Herald cuando afirmaba que:
“No existe equidad en representación en las juntas directivas, ni equidad de
sueldos a igual trabajo e igual experiencia, o igualdad de acceso o
representación en puestos directivos o masa crítica de mujeres periodistas en
una redacción” (EFE News Service, Hombres).
Simplemente el 5.8 % de toda la
televisión tiene propietarias mujeres. El 6 % de todas las estaciones de radio
le pertenece a mujeres. “En otro estudio publicado … por el IFJ [The
Internacional Federation of Journalism], se observa que aunque un tercio de los
periodistas eran mujeres en general, no llegaba al 3% las que ocupaban puestos
de poder y de toma de decisiones” (Mateos, R. et al. 19). Esto significa que el
97 % de las cosas que saben las mujeres
de sí mismas, de su país, de los problemas que aquejan al mundo, están basados
desde una perspectiva masculina. Esto mismo sucede con las películas, el 16 %
de los guionistas, directores, productores, cinematógrafos y editores son
mujeres. El 7 % son directoras y el 10 % son escritoras, el restante 83 % de ese
16 % se distribuye en las demás categorías mencionadas. Son muy pocas las
mujeres que trasmiten sus ideales al mundo y las que lo hacen están muy
influenciadas por el entorno machista que las rodea. Un dato más contundente
afirma que: “por cada mil mujeres empleadas en los medios de comunicación, solo
una ocupa un puesto de dirección, mientras que esta proporción es de uno por
cada 140 en el caso de los hombres” (González, C.). Veamos esta gráfica
obtenida de La presencia de estereotipos
en los medio de comunicación: análisis de la prensa digital española por
Ruth Mateos, la cual estaba basado en un estudio de Peter, B en The Varied Pace of Women’s Progress que
me ayuda a sustentar lo que planteábamos.
Las compañías de televisión tienen un monopolio con el
que controlan un concepto, sus ideales, pero no la verdad. La compañía NBC
tiene a su cargo canales como Telemundo, Universal y Bravo. Disney posee a
Pixar, ESPN, Marvel y ABC. Así también Warner tiene a su disposición canales
como TBS, AOL y CW. Son grandes empresas que controlan el mercado televisivo y
que en sus juntas y consejos no poseen un por ciento de mujeres para mantener
la equidad en las ideas y ser justos a la hora de trasmitir un concepto en su
programación. “el número de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad no
pasa del 12 por ciento en las cadenas de televisión” (González, C.)
Compañía
|
CEO
|
Consejo
|
NBC
|
Hombre
|
4 de 17 son mujeres
|
MTV
|
Hombre
|
2 de 11 son mujeres
|
Time Warner
|
Hombre
|
2 de 13 son mujeres
|
CBS
|
Los Moonves
|
2 de 14 son mujeres
|
Fox
|
Hombre
|
1 de 16 son mujeres
|
Disney
|
Hombre
|
4 de 13 son mujeres [12]
|
Los medios pueden ser un instrumento de cambio hay que
empezarlos a utilizar correctamente, si queremos una sociedad con más igualdad
para todos, hay que comenzar por quienes la controlan, los medios de
comunicación. Muchas veces los políticos y las mujeres piden que entendamos al
sexo femenino, pero todo lo que nos enseñas es desde una mirada masculina.
Michael Ersner, ex presidente de The Walt Disney Co. expresó: “Nosotros no
tenemos ninguna obligación de hacer historia. No tenemos ninguna obligación de
hacer arte. No tenemos ninguna obligación de hacer declaraciones de principios.
Hacer dinero es nuestro único objetivo”[13].
¿Dónde quedamos nosotros como seres humanos? Esas compañías solo nos utilizan
sin importarles las consecuencias de la programación tan machista que
promueven, solo les importa el dinero, sus intereses y nada más.
I.
La niñez y los medios televisivos
Como indicamos anteriormente, la
televisión es el pan nuestro de cada día y la primera escuela de nuestros
niños. En el tema Lo que causa la
publicidad mostramos estas cifras: que los niños no reconocen entre los
programas y los comerciales, que a los dos años comienzan a reconocer las
marcas publicitarias, que a los 18 años han visto 200,000 actos violentos y que
a los 65 años has visto más de 2 millones de anuncios lo que equivale a 9 años
pegado a un televisor. Lo que significa que todo lo que somos está fuertemente
basado en lo que vemos en la televisión. Este aparato desde muy pequeños nos va
lavando nuestra mente con imágenes que irán controlando nuestras actitudes,
miedos, inseguridades e irá adiestrándonos como futuros consumidores obsesivos.
Los encargados de nuestro país han
estado como ausentes ante todo este tema de la televisión y la niñez, por más
advertencias que le han hecho los expertos. Desde 1972 Surgeon General reportó
que existe relación entre la violencia que se ve en la televisión y lo
comportamientos agresivos. En 1976 la American Medical Association clasificó la
violencia televisiva como peligro ambiental. En 1985 la American Psychological
Association (APA) demostró la relación entre violencia televisiva y violencia
real. En 1992 APA pidió una política federal para proteger a la sociedad de la
violencia. En el 2007 la FCC recomienda al Congreso que regule la violencia en
la televisión, en el mismo año el Congreso celebró una reunión para atender la
sexualización del cuerpo femenino en los video musicales. En el 2009 estudios
comprueban que la exposición a video juegos y video musicales con contenido
sexual explícito está vinculado con las violaciones y acosos sexuales. ¿Saben
que ha hecho el gobierno? No ha hecho nada, ninguna política pública para
protegernos a nosotros, pero en especial a los niños quienes son los que
reciben fuertemente este bombardeo y no son capaces de discernir.
Los niños están expuestos a todo
este contenido sin filtro alguno. Las estadísticas[14]exponen que 1 de cada 4 niñas experimentan violencia en citas de adolescentes (“dates”), que 1 de cada 4 mujeres sufren abusos de sus compañeros
sentimentales a lo largo de su vida, 1 de 6 mujeres ha sufrido una violación o
intento de esta, el 15 % de las mujeres violadas tienen menos de 12 años de
edad. ¿A dónde queremos llegar? Quienes sufren todo esto son los niños quienes
se desarrollaran con una mentalidad dañada, llena de violencia y sexualidad,
pero más sufren las mujeres quienes a pesar de soportar el trato desigual de
los medios para con ellas, tienen que aguantar a los hombres violadores y
abusadores que fueron creados por los medios.
III. Conclusión
Los medios televisivos tratan a la
mujer como un objeto sexual que les sirve para hacer dinero. Vemos como el
cuerpo de la mujer es sexualizado en los video de reggaetón, rap, hip-hop, en
las campañas de cervezas, de verano, en fin vemos como utilizan el cuerpo de la
mujer. Lo utilizan como si fueran cosas que les produce dinero, como si fueran
objetos… y esto se lo creen tanto las mujeres como los hombres que lo ven. La
feminista hindú, Kamla Bhasin expresó[15]:
“Nuestra dignidad ha sido despedazada por medios que hacen uso de nuestros
cuerpos, que los distorsionan; que nos transforman en objetos, en bienes de
consumo vendibles”.
No es cierto que estamos en una
sociedad donde poseemos medios democráticos, pudimos ver que la mujer no posee
voz y voto suficiente en los medios de comunicación masivos, que todo lo que
vemos es desde una perspectiva masculina que reproducen los valores sexitas,
machistas y misóginos que se han venido trasmitiendo generación tras
generación. Estamos viviendo, al igual que Puerto Rico, en una colonización,
pero en este caso televisivamente. Lo lamentable es que nadie se cuestiona lo
que se transmite en la televisión, pues a todos les parece “normal”.
Si queremos un mejor futuro debemos
comenzar por la equidad en todos los campos, comenzando por la televisión. La
televisión va adiestrando a los pequeños de nuestra sociedad y si no la
comenzamos a corregir seguiremos provocando que las siguientes generaciones
sigan siendo machistas y sigan tratando de manera desigual a las mujeres. Hay
que atacar la raíz, no podemos seguir permitiendo que nos laven el cerebro por
el simple hecho de querer hacernos más pobres vendiéndonos realidades que no
existen y manteniendo estereotipos que no son nada saludables, más bien tratan
de hacer que vivamos bajo una máscara, presentándonos como lo que no somos. Hay
que romper con la superficialidad, hay que comenzar a hacerle creer a las personas
que valemos por lo que somos, no por lo que deseamos aparentar, por la cara perfecta que presumimos o porque
tenemos un cuerpo de “revista”.
¿Cómo pedirles a los niños y jóvenes que hagan lo que no
ven y dejen de hacer lo que ven tan "normal" en la televisión? Por sí mismo no pueden, es contradictorio
para sus mentes. Hay que crear leyes que restrinjan todo esto, al menos a los
menores de edad, si es que queremos un mundo más equitativo y un bienestar para
todos. Leyes que restrinjan la violencia y el uso del cuerpo provocativamente
de la mujer en horarios donde los menores puedes percibir estos mensajes.
La televisión transmite misoginia y
la hipermasculinidad. Causando que los hombres que no sacan su parte “masculina”
sean maltratados, criticados y se les mire con desprecio como si fuera menos
hombre. Esto causa hombres machistas,
violentos y violadores a los cuales la sociedad no comprende porque no entiende
a los medios de comunicación, son así porque esos fueron los valores que le
trasmitió su niñera, la televisión.
Necesitamos que las mujeres sean
aceptadas como son, que se valoren y que se acepte la diversidad.
Para que los valores y referentes masculinos y femeninos
no sean un factor limitador a la hora de configurar la identidad personal, es
imprescindible que muchos de los comportamientos, funciones y roles que
desempeñan las mujeres sean reconocidos como valiosas formas de ser y de estar
en el mundo, como formas de interpretar con libertad la diferencia sexual y no
como algo que sirve para justificar las desigualdades entre mujeres y hombres
(Instituto de la mujer).
Tenemos
que romper con estos estereotipos trasmitidos por la televisión de cuerpos
delgados, caras perfectas, bembas anchas, pelo alisado, abdomen tonificado,
piel clara, cuerpo provocativo, que la mujer es de la casa, de consumo obsesivo
y que los hombres son los que poseen el poder. Las más lastimadas que salen de
todo esto son las mujeres, que son más del 50 % de la población, ¿cómo es
democrático que los medios quieran fastidiar a la mitad de la población? Si de
verdad vivimos en una democracia, como se hace llamar nuestro gobierno, hay que
darle participación a la mujer, hay que darles su espacio para que manifiesten
sus problemas, su pensar, que nos dejen saber cómo son y así poder entenderlas
y ellas mismas también lo puedan hacer. La presencia real de la mujer no puede
seguir prohibida en los medios de comunicación televisivos.
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