Se extiende determinación del caso contra Walker y Severino

jueves, diciembre 14, 2017 Comentar
La fiscalía, que cuenta con 16 testigos, presentó cuatro cargos contra el expresidente de la UPR y tres contra el exrector del Recinto de Río Piedras. (Glorimar Velázquez/ Diálogo)

La jueza Geisa Marrero Martínez extendió hasta el próximo martes la determinación de causa para arresto contra el expresidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Uroyoán Walker Ramos y al exrector del Recinto de Río Piedras Carlos Severino Valdez para examinar documentos que presentó la defensa y que podrían ser exculpatorios.

Los funcionarios fueron citados hoy al Tribunal de Primera Instancia de San Juan por supuestas irregularidades con la otorgación de becas presidenciales durante el año académico 2015-2016.

Las fiscales Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche presentaron cargos contra los profesores por violación a la Ley de Ética Gubernamental por, presuntamente, conceder beneficios a terceros; interferencia indebida de operaciones gubernamentales; y omisión en el cumplimiento del deber. Asimismo, contra Walker Ramos pesa un cargo adicional de malversación de fondos públicos.

A la salida de la vista de regla 6, las fiscales se mostraron confiadas de que la jueza fallará a su favor. “Nosotras tenemos pruebas suficientes”, indicó Meléndez Vega. El ministerio público cuenta con 16 testigos para esta radicación de cargos entre los que se encuentra el analista político y profesor Carlos Díaz Olivo.

Sin embargo, la licenciada Mercedes Bauermeister, quien estuvo a cargo de la investigación solicitada por Celeste Freytes –que fungió como presidenta interina del sistema universitario a la salida de Walker Ramos–, no está entre los testigos.

De acuerdo con Harry Anduze, abogado de Severino Valdez, la defensa presentó el informe realizado por Bauermeister que, aseguran, exculpa a los funcionarios de la primera investigación ordenada por la Junta de Gobierno de la UPR.

“La segunda investigación concluye que [el primer informe] está lleno de errores y de percepciones equivocadas. Yo me imagino que las fiscales no lo presentaron porque entendían que no les convenía”, comunicó Anduze.

El licenciado criticó que varios de los testigos serán presentados bajo juramento. Señaló, además, que la insistencia por encontrar culpabilidad en los académicos podría interpretarse como “envidia profesional” y “cuestión política”.

Tanto Anduze como José Velázquez Grado, abogado de Walker Ramos, le expusieron a la jueza que la fiscalía tampoco ha sido clara en detallar los reglamentos y las leyes que se incumplieron.

A pesar de que la defensa alegó en sala que el Panel del Fiscal Especial Independiente (PFEI) no tenía jurisdicción en el caso por excederse en la autoridad que poseen, la jueza determinó no ha lugar al señalamiento.

Por su parte, Meléndez Vega aseguró que la investigación ha sido llevada bajo los parámetros del reglamento del PFEI y que el tiempo excedido de la prórroga otorgada para radicar cargos, que vencía el 1 de diciembre, fue por culpa del huracán. “Se sometieron las prórrogas que se entendieron necesarias. Luego vino el huracán María y de alguna forma afectó el trabajo”, detalló la fiscal.

El abogado de Walker Ramos se mantuvo firme en que su cliente era inocente, que las becas fueron otorgadas a estudiantes con mérito y acusó al proceso de ser viciado con “interés de desestabilizar a la universidad”. De salir airosos, no descartaron someter cargos por difamación contra Díaz Olivo.

“Este es el principio de la etapa que nos va a exonerar de este proceso de persecución que hubo en nuestra contra. Las fiscales decidieron motu propio [voluntariamente] no presentar evidencia que exculpa tanto al rector Severino como a este servidor en este proceso”, expresó Walker Ramos tras salir de sala.

Severino Valdez no ofreció declaraciones a la prensa. Sin embargo, un grupo de profesores, líderes comunitarios y abogados se reunieron en las afueras del tribunal para mostrar su apoyo al exrector del recinto riopedrense.

Profesores de la UPRRP apoyaron a Carlos Severino durante la vista en el Tribunal de San Juan. (Glorimar Velázquez / Diálogo)


Los miembros del Colectivo por la Justicia de Carlos Severino aseguraron que el profesor fue víctima y objeto de “persecución indescriptible, inanticipable y sin precedentes”.

“El informe que se presentó para llegar a la destitución tenía muchos errores administrativos, muchas falsedades, los cuales fueron refutados en el propio informe que hizo Carlos Severino. Entonces, fue destituido sin cumplir los debidos procesos de ley y administrativo”, expresó el portavoz del colectivo, José Varela.

El licenciado también señaló que la administración de la UPR fue negligente en destituir al otrora rector del Recinto de Río Piedras basándose en un informe, presuntamente, viciado.

Aunque el Departamento de Justicia también había referido al PFEI al expresidente de la Junta de Gobierno de la institución universitaria Jorge Sánchez, no fue citado para la vista de hoy. “La decisión de nosotras [con Sánchez] fue otra”, explicó la fiscalía sin ofrecer más detalles de los procedimientos que tomarán contra Sánchez.

En febrero del año pasado salió a relucir que la UPR había concedido de manera dudosa tres becas de estudios graduados al otrora asistente del expresidente de la UPR Antonio García Padilla, Carlos Pagán Cuebas; al exasesor en Asuntos Públicos del exgobernador Alejandro García Padilla, Arturo Ríos Escribano; y a la sobrina del Jorge Sánchez, Mónica Sánchez Sepúlveda.

Los becarios fueron recomendados antes de que abriera la convocatoria. Además, contrario a lo que dictaba el reglamento para la otorgación, las ayudas económicas se concedieron en áreas no prioritarias y en universidades de no “connotado prestigio”, a excepción de Pagán Cuebas, quien estudia en la Universidad de Harvard.

El escándalo provocó la destitución de Walker Ramos y Severino Valdez, así como la renuncia de Jorge Sánchez.

A Sánchez Sepúlveda se le concedió un plan de pago para regresar los $23,200 de beca que recibió y Ríos Escribano devolvió sus $25,000. Sin embargo, Pagán Cuebas no devolverá los fondos.

Para más información sobre este caso, lea:


Más preguntas que respuestas sobre las becas presidenciales

Carlos Pagán Cuebas refuta informe de becas presidenciales

Violaciones e irregularidades impunes en las becas presidenciales

Al tribunal Uroyoán Walker y Carlos Severino por las becas presidenciales

Informe realizado por Mercedes Bauermeister:



Primer informe encargado por la Junta de Gobierno:


_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Al tribunal Uroyoán Walker y Carlos Severino por becas presidenciales

jueves, diciembre 14, 2017 Comentar
El expresidente de la UPR y el exrector del Recinto de Río Piedras fueron investigados por irregularidades en el otorgamiento de becas presidenciales. Sigue aquí las incidencias. (Archivo)

El Panel del Fiscal Especial Independiente (PFEI) le radicará hoy cargos criminales al expresidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Uroyoán Walker Ramos y al exrector del Recinto de Río Piedras Carlos Severino Valdez por supuestas irregularidades con la otorgación de becas presidenciales durante el año académico 2015-2016.

Ambos funcionarios fueron citados hoy a la Sala de Investigaciones en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan para una vista de regla 6 donde un juez determinará si hay causa probable para arresto. Las fiscales Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche necesitarán presentar una mínima cantidad de pruebas en la que evidencien la imputación.

Aún se desconocen los delitos que serán presentados contra Walker Ramos y Severino Valdez.

Según el referido del Departamento de Justicia, los académicos eran investigados por utilizar “los deberes y las facultades de su cargo para obtener, directa o indirectamente, para él o para una persona privada o negocio, cualquier beneficio que no esté permitido por ley”.

Asimismo, se les imputó de posible malversación de fondos públicos y violación a la Ley de Ética Gubernamental.

A la vista llegará un grupo de profesores, abogados, líderes comunitarios y gestores culturales que están convencidos “de la necesidad que se sepa la verdad”. El Colectivo por la Justicia Carlos Severino se propone respaldar al profesor y denunciar “injusticia, abuso de poder y persecución”.

“Sin fundamento en los hechos ni la normativa universitaria o legal aplicable a Severino en su carácter de rector del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, se le pretendió responsabilizar por el proceso de otorgación de becas presidenciales con relación a aspectos sobre los que no participó ni tenía control”, comunicó ayer el colectivo en un parte de prensa.

A pesar de que Justicia también había referido al PFEI al expresidente de la Junta de Gobierno de la institución universitaria Jorge Sánchez, no fue citado para la vista de hoy.
¿Por qué están siendo investigados?

En febrero del año pasado salió a relucir que la UPR había concedido de manera dudosa tres becas de estudios graduados al exasistente de Antonio García Padilla, Carlos Pagán Cuebas; al exasesor en Asuntos Públicos del gobernador Alejandro García Padilla, Arturo Ríos Escribano; y a la sobrina del presidente de Jorge Sánchez, Mónica Sánchez Sepúlveda.

Los becarios fueron recomendados antes de que abriera la convocatoria. Además, contrario a lo que dictaba el reglamento para la otorgación, las tres ayudas económicas se concedieron en áreas no prioritarias y en universidades de no “connotado prestigio”.

El escándalo provocó la destitución de Walker Ramos y Severino Valdez, así como la renuncia de Jorge Sánchez.

A Sánchez Sepúlveda se le concedió un plan de pago para regresar los $23,200 de beca que recibió y Ríos Escribano devolvió sus $25,000. Sin embargo, Pagán Cuebas no devolverá los fondos.
Línea del tiempo posterior a la divulgación de la irregularidad:

  • 26 de febrero de 2016: El senador Ángel Martínez Santiago le solicita al Departamento de Justicia una investigación sobre el otorgamiento de las becas presidenciales.
  • 9 de marzo de 2016: La Junta de Gobierno (JG) de la UPR autoriza una investigación externa en torno a la concesión.
  • 7 de julio de 2016: La JG destituye a Walker Ramos y Severino Valdez.
  • 13 de julio de 2016: Justicia recibe el informe de la investigación externa solicitada por la Junta de Gobierno.
  • 29 de agosto de 2016: La presidenta interina de la UPR, Celeste Freytes González, contrata una segunda investigación externa sobre el asunto.
  • 16 de noviembre de 2016: El secretario de Justicia, César Miranda, ordena la paralización de la . investigación.
  • 7 de febrero de 2017: Justicia recibe el informe de la investigación externa solicitada por Freytes González.
  • 13 de febrero de 2017: La División de Integridad Pública retoma la investigación.
  • 23 de febrero de 2017: La Secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, notifica al PFEI su determinación de concluir la investigación preliminar.
  • 5 de abril de 2017: Justicia refiere el caso al FEI.
  • 20 de abril de 2017: El FEI le designa el caso el PFEI y se le asignan dos fiscales: Iris Meléndez Vega y Zulma Fuster Troche.
  • 13 de septiembre de 2017: El PFEI le concedió a los fiscales una prórroga, hasta el 11 de octubre, para presentar el informe de la investigación.
  • 7 de diciembre de 2017: Las fiscales dicen que radicarán cargos criminales.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Migrar para sobrevivir

miércoles, diciembre 13, 2017 Comentar
Boricuas que se trasladaron a Nueva York, luego del huracán María, cuentan por qué decidieron irse del país y cómo les está yendo. (Dominik Scythe / Visual Hunt)

Tenían que hacerlo. Dejarlo todo. Migrar. Comenzar de cero.

A Aurora López Vázquez la decisión le tomó 57 días. Cincuenta y siete días sin luz, sin agua, sin Internet, sin trabajo. Le tomó 57 días de angustia y una semana en el hospital.

“Llegué hasta hospitalizarme en un psiquiátrico y soy una profesional. Tuve que ir a Capestrano y estuve una semana. Por mi situación de salud, salí de Puerto Rico”, contó.

La mujer, natural de Carolina, trabajaba como secretaria en una escuela en Trujillo Alto. Los precios de los artículos básicos estaban en aumento. Llegó a pagar hasta cuatro dólares por el hielo y ochenta centavos por la gasolina.

Le era insostenible.

Entre lágrimas y una voz quebrantada, confesó: “Yo estuve dos días sin nada en mi casa. Nos preparamos, pero no a esta magnitud”.

De sus vecinos no podía esperar mucho. Aunque algunos tenían plantas eléctricas, se negaban a enfriarle una botella de agua.

“Están siendo egoístas. La gente te pelea. La solidaridad es lo que hemos perdido”, soltó.

Del gobierno, recibió menos.

Se cansó.


Aurora López Vázquez (centro) se enfermó mentalmente por la situación caótica de Puerto Rico tras el paso del huracán María. Marangely Santiago López (izquierda), su hija, perdió sus dos empleos por la lenta reconstrucción del servicio de energía eléctrica. A la derecha, Doris Plaza, su amiga, les brindó un hogar en la ciudad de Nueva York. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


El 15 de noviembre, Aurora y su hija, Marangely Santiago López, partieron de Puerto Rico hacia la ciudad de Nueva York, a casa de su amiga Doris Plaza. Por suerte, consiguieron pasajes baratos. “¿Y aquellos otros, que me duele, que no puedan salir de la isla?”, cuestionó.

Dos semanas después de su llegada, bajo temperaturas de 30 grados –nada parecido al clima tropical del archipiélago borincano–, Aurora y Marangely se dirigieron al East Harlem, “El Barrio”. Irónicamente, iban al Julia de Burgos Latino Cultural Center en la avenida Lexington con la calle Miss Aida Pérez – Loíza Aldea.

Allí, en una zona que no ostenta lujosos edificios, donde por décadas las minorías se han refugiado haciendo de este su barrio, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, abrió el 19 de octubre un centro de servicios centralizados para las personas afectadas por los huracanes María, Irma o Harvey.

El fin es que, dentro de la caótica ciudad, los damnificados puedan obtener todos los servicios necesarios en un mismo lugar. 

El centro de servicios Julia de Burgos Latino Cultural Center está ubicado en la avenida Lexington con la calle Miss Aida Pérez – Loíza Aldea, en la zona conocida como “El Barrio”. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

“Ves la diferencia –dijo al salir del centro cargando un bulto–, ya tengo toda la ayuda. Yo llegué aquí, solamente para aplicar, y mira cómo salí: con gift cards [tarjetas de regalo], con cupones, coats [abrigo], ropa interior. No es esta la ayuda que hay en Puerto Rico. En un mismo lugar te ayudan con el seguro social, con los cupones, a conseguir trabajo, te ayuda FEMA, te ayuda el servicio médico, solicitas el Medicare. Pero en Puerto Rico hay una burocracia terrible”.

Esa agilidad en las ayudas no se ha visto en la isla, ni por el gobierno local, ni por el federal. A 85 días del siniestro 20 de septiembre, más de la mitad de la población aún carece de energía eléctrica; 15,000 personas militan como novatos en las filas del desempleo; otros miles se encuentran aún en la espera de los toldos azules que ofrece la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para cubrir los techos que desaparecieron con las ráfagas huracanadas.

“Puerto Rico dice que se levanta y no se va a levantar por el momento. Se levanta el que tiene chavos, el que tenga padrinos, godfather”, expuso a las afueras del centro. “La diferencia entre Puerto Rico y Estados Unidos es en cuestión de ayudar al ser humano, de ser solidarios. Esto es hacer solidaridad. Esto es identificarse con el pueblo que ha sufrido”.

A su lado, Marangely asentía. La joven estudiante perdió sus dos empleos. Trabajaba en dos negocios. Ambos cerraron.

“A mí que me dejen aquí”, soltó Aurora antes de que se marchasen.

A los 15 minutos, otra familia de puertorriqueños salió del centro. María Vega, de Aguada, migró con su esposo y sus dos hijos, de 10 y 11 años. Se mudaron con su madre, María López, quien vive en el Bronx hace 15 años. 


María Vega, de Aguada, migró a la ciudad de Nueva York con su esposo y sus dos hijos, de 10 y 11 años. En Puerto Rico no encuentran trabajo. Tras el paso del huracán, unas 15 mil personas quedaron desempleadas. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


“Allá no hay empleos. Acá nos ofrecieron todas las ayudas. Nos ofrecieron para las camas, ayudarnos con la renta, con la comida, con darnos cash [dinero en efectivo]”, indicó la madre.

Del centro, dijeron haber recibido un trato “excelente”, a diferencia de las agencias gubernamentales en Puerto Rico. No dieron muchos detalles, pero una sonrisa genuina se imponía en sus rostros.

“Yo he visto la cara cuando entra la gente triste porque lo han perdido todo, han venido acá y han encontrado que por lo menos la ciudad de Nueva York les ha dado una bienvenida. Que tiene un centro específico donde pueden obtener informaciones. Vemos la reacción, el cambio, cuando entran y cuando salen. Por lo menos, salen con un poquito más de esperanza de lo que han llegado”, dijo la vocera del Departamento de Manejo de Emergencia de la Ciudad de Nueva York, Yokarina Duarte.

Según la funcionaria, el centro ha recibido alrededor de 1,500 visitas, que no necesariamente se traduce en número de personas. Se han acercado desde familias completas, incluyendo mascotas, hasta madres solteras. Aunque han llegado residentes de las Islas Vírgenes, la gran mayoría han sido boricuas.

Lo que le ha sorprendido a Duarte es que muy pocos han requerido servicios de vivienda. “Se están quedando con familiares. Hemos visto que la mayoría de las ayudas que necesitan las personas han sido en servicios sociales y mentales”.

El recorrido por las distintas agencias gubernamentales toma alrededor de dos horas. Por eso, se recomienda cita previa a través del 3-1-1 o en nyc.gov. Sin embargo, no le niegan los servicios a quien llegue de improviso.

Duarte no está ajena de lo que sucede en Puerto Rico. Ella visitó la isla. Llegó con una brigada de la “Gran manzana”. Fueron 278 empleados los que estuvieron recorriendo el País brindando asistencia. La semana pasada, otra brigada llegó a Puerto Rico para ayudar en la recolección de escombros.

“Poder ir a la isla, ver la destrucción que ha habido, ayudar, venir acá [a Nueva York] y seguir ayudando a las personas necesitadas, ha sido un gran alivio. Para nosotros ha sido una de las mejores experiencias y mira que lidiamos con bastantes tipos de emergencias”, manifestó. 

Según Yokarina Duarte, vocera del Departamento de Manejo de Emergencia de la Ciudad de Nueva York, la mayoría de los damnificados que visitan el centro son boricuas. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

La diáspora abraza a los que llegan


Lillian Ortiz Guevara fue otra de las mujeres que visitó el centro. Como ya trabaja a medio tiempo, solo solicitó la cubierta médica del gobierno porque, aseguró, los tratamientos sanitarios son carísimos en la ciudad.

“El recibimiento fue excelente, todo el mundo muy amable, muy dispuesto a ayudar. Lo que sí es que hay demasiada cosa junta, no hay un poco de privacidad para la gente. Había una muchacha que le tocó en la mesa mía y empezó a llorar”, criticó.

La mujer tuvo que dejar a su esposo en Puerto Rico y moverse con su hijo a Nueva York para que continuara sus estudios. La decisión le pesa. Sabe que en su tierra la reconstrucción avanza con tropiezos.

“Todo el mundo en Puerto Rico dice ‘estamos bien’. Cojo.., no estamos bien. Estamos jodí’os. Hay un desastre”, dijo enérgicamente. Suspiró. “Nosotros no nos estamos yendo porque nos da la gana”.

Tras el paso del huracán María, estimados del Centro de Estudios Puertorriqueños del Colegio Hunter de la Universidad de la Ciudad de Nueva York han asegurado que Puerto Rico perderá sobre 470,000 residentes en los próximos dos años. Esto significa una merma de 14% en la población actual.

“Yo no vivo donde vivía, no duermo donde dormía. Estamos aquí porque en realidad lo que está ocurriendo en nuestro país no va adelante, no vemos luz y tenemos que movernos porque no somos un árbol. No es cuestión de que ahora yo no tenga solidaridad, ni sentimiento patrio. Cojo… Es que yo tengo que mantener a mi familia, tengo que trabajar y mi hijo tiene que ir a la escuela, tenemos que seguir. El que se tiene que quedar, pues se queda. Mi marido se quedó, sigue trabajando, pero yo no pude. Y no es fácil”, sostuvo.

A pesar de las críticas que ha recibido por marcharse, encontró en la diáspora un calor familiar. Desde que llegó, ha estado trabajando con diferentes grupos de nuyoricans como: Taller Boricua, La Marqueta, El Barrio’s Artspace y está coordinando La Promesa de Reyes.

“La diáspora ha hecho una labor fantástica. El corazón de la gente de aquí está con nosotros. Mira quién está respondiendo: la diáspora. Qué bueno que se vinieron para acá, para que, en estos momentos de necesidad, pudiéramos contar con ellos. ¡Qué lindo! Yo sé que si ellos necesitaran de nosotros, nosotros también vendríamos para acá a bregar. Ver esa reciprocidad y ese amor tan grande de esta gente, que no se han desconectado de la isla, vale. Esta ciudad tiene mucho que dar para el que quiere bregar”, expresó antes de irse al trabajo. 


Lillian Ortiz Guevara tuvo que dejar a su esposo en Puerto Rico y mudarse con su hijo a Nueva York para que continuara sus estudios y conseguir un empleo para sustentar su familia. Lo cuenta con tristeza. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)

También se sufre


Sin embargo, no todos los que se han refugiado en la ciudad de Nueva York les ha ido de maravilla.

A finales de octubre, Sheila Ramos decidió dejarlo todo y mudarse a Estados Unidos con sus dos hijas: Idennies Díaz y Alanis Crespo.

“Desde que llegamos aquí nos han tratado súper mal”, dijo Sheila.

De Puerto Rico, ellas viajaron a Washington D.C., a casa de una amiga. Luego de unos días, llegaron en guagua a la ciudad donde habitan más de 8.5 millones de personas. Con todo y maletas, se dirigieron al centro Julia de Burgos. Allí, comenzaría su odisea.

El primer encontronazo fue en la oficina de servicios de vivienda. “Una afroamericana, de apellido Lawrence, nos trató bien mal. Dijo que nada tenía que ver que llegáramos por el huracán María. Se estaba burlando del inglés de mami y le tiró hasta los papeles”, contó Idennies. La funcionaria también cuestionó el parentesco entre madre e hija.

Como no tenían residencia en la ciudad, la familia fue trasladada a un albergue donde tendrían que esperar diez días para recibir la aprobación o denegación del servicio de vivienda pública.

“Cuando llegué al shelter [refugio] me dio un ataque de histeria. No teníamos sábanas, ni almohadas. No había nada. Hacía frío. La calefacción no funcionaba”, rememoró Sheila.

Según las boricuas, el edificio tiene una peste insoportable. Las cucarachas se pasean por los pasillos. Se llevan el agua caliente y deben llegar antes de las diez de la noche.

Luego de los diez días de espera, le llegó las cartas de vivienda y los cupones, en las que les denegaban los servicios. Así, sin explicaciones. 


Los servicios del centro Julia de Burgos se ofrecen tanto en inglés como español. El recorrido por todas las agencias que allí se encuentran toma alrededor de dos hora. Se recomienda cita previa. (Para Diálogo: Eduardo Rivera)


Se dirigieron al Julia de Burgos nuevamente. El trato hosco continuó. “Ya tú recibiste ayudas”, fue la bienvenida. Seguido de un: “No estoy hablando contigo”, a Idennies antes de que le impidieron el paso a la oficina.

Aunque llamaron al 3-1-1 para querellarse, todavía esperan el número de la denuncia.

“Aquí también dan el Welfare, pero yo no me atrevo a solicitarlo. No quiero que piensen que soy una buscona. Yo lo que necesito es un empujón”, aseguró la madre.

Por azares del destino, llegaron hasta la oficina del asambleísta del Bronx Marcos Crespo. Él les atendió. Ellas le contaron sus desdichas. “No se preocupen, no están solas aquí, le vamos a ayudar”, les consoló el político.

Así fue. Crespo llamó al supervisor general de los cupones de la ciudad de Nueva York. Entraron al sistema. Para sorpresa, la funcionara había puesto que la familia recibía seguro social, cuando no era cierto. También se percataron que no habían trabajado el expediente luego del sometimiento. Al menos, eso se resolvió. Eran elegibles.

“Tú sabes lo que es que no hemos podido probar una buena comida desde que pasó María por Puerto Rico”, lamentó Sheila.

Sin embargo, estos traspiés no le quitan el ánimo. Idennies y Alanis no quieren regresar a Puerto Rico.

“Yo voy a dar la lucha. Yo sé que van a venir cosas mejores. No me voy a quitar. No me voy, no me devuelvo”, aseguró.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Universitarios boricuas dan la milla extra por Puerto Rico desde Nueva York

viernes, diciembre 08, 2017 Comentar
‘Do it for Puerto Rico’ ha recaudado fondos monetarios para ayudar en la reconstrucción del país tras el paso de María. (Suministrada)

La desesperación asfixiaba. El miedo les invadía. Se sentían inútiles. Necesitaban hacer algo por los suyos, por su familia, por Puerto Rico.

A unas 1,621 millas de distancia, la devastación era evidente. Los noticieros solo presentaban los estragos causados por el huracán María. Desde la lejanía física, las ganas de hacer se imponían en sus mentes. Les urgía sentirse conectados con los que sufrían.

Así, veinte estudiantes puertorriqueños de Manhattan College, en la ciudad de Nueva York, comenzaron ‘Do it for Puerto Rico’ con la intención de ayudar en la reconstrucción del país.

“El no poder hacer nada, el no poder estar allí físicamente, fue lo que nos motivó a formar este grupo y hacer distintas actividades todo el semestre para recaudar dinero. La verdad es que todos nos motivamos por el amor a la patria. Cada cual ha utilizado sus distintas habilidades para ayudar a recaudar dinero”, explicó Carmen Laura Álvarez.

Así que se reunieron de inmediato y comenzaron a recaudar el capital. De la manera que pudiesen, entre clase y clase o en las noches, atrasando las horas de estudio. Colocaron mesas de recolección en el cuadrángulo del campus y realizaron hasta ventas nocturnas de ‘grilled cheese‘ desde clases de CrossFit hasta fiestas cerca del Union Square.

“Conseguí conectarme con el dueño de una barra en la ciudad, un rooftop (azotea). Terminamos vendiendo 210 taquillas y el evento generó alrededor de $3,200. Fue, definitivamente, successful (exitoso)”, añadió la joven de 21 años y estudiante de Biología.

Hasta la fecha, el grupo ha logrado recaudar sobre $5,500. El primer desembolso lo hicieron a unos ingenieros químicos que visitarán el País la próxima semana para traer filtros de agua a una escuela en Añasco.

El sobrante aún discuten cómo lo utilizarán.

“La última opción sería donarlos a Unidos por Puerto Rico porque yo quiero que lleguen las cosas a donde tienen que llegar”, argumentó la joven que cursa su tercer año de Estudios Internacionales, Natalia Álvarez.

Es por esto que Carmen Laura prefiere que, como grupo, se reúnan en Puerto Rico durante las vacaciones de invierno para realizar compras en tiendas locales y repartirlas entre los residentes más afectados de varios municipios.

Los jóvenes participaron como voluntarios en una actividad de recolección de suministros organizada por el presidente del Distrito del Bronx, Rubén Díaz. (Suministrada)

El miedo al regreso


Aunque las entrevistadas se encuentran ansiosas por llegar a Puerto Rico, aún prevalece la incertidumbre del nuevo panorama con el que se encontrarán.

“Me da un poco de miedo porque solo con las fotos y videos que mandan, de sitios que yo voy todos los días cuando estoy allá, se ven tan distintos que siento que no voy a reconocer casi nada. Me lo imagino como un desierto y no me lo quiero imaginar así, pero es lo que espero”, dijo Rocío Ramallo, de 20 años.


El mismo temor de volver lo siente Natalia, quien reconoce que esta vez encontrará un Puerto Rico diferente.

“Yo solo espero que el desastre no sea tan shocking (chocante) para mí porque todos los árboles alrededor de mi casa se cayeron. Yo creo que el ambiente será lo más impactante porque lo dejé hace unos meses de una manera y ahora va a estar de otra”, dijo con su mirada clavada en el suelo.

Sin embargo, el miedo al regreso no solo gira en torno al desastre natural, sino a la lenta recuperación que ha tenido el País. A 78 días del devastador ciclón, más de la mitad de Puerto Rico sigue sin el servicio de energía eléctrica.

“A mí me frustra un poco. No creo que debería estar tardando tanto. No debería haber tanta gente sin agua todavía o sin luz. No tiene sentido, esto son personas –sean parte de Estados Unidos o no– se tienen que ayudar. No tiene sentido que tanta gente esté sufriendo o estén bajo condiciones casi inhumanas, es cuestión de derechos humanos”, tronó Rocío.

Para la también estudiante de Biología, la “zona gris” en la que se encuentra Puerto Rico en cuanto a su estatus político y su relación con Estados Unidos es fundamental en el retraso de la reconstrucción.

“Esto llega a pasar en un estado de Estados Unidos y ya estuviese listo. No creo que estaría tomando tanto tiempo si la deuda no existiera y si nuestro estatus estuviera más definido”, opinó.

Tanto Rocío como Natalia aseguraron que realizarán trabajo voluntario durante las Navidades.

Esta primera visita al país, proyectaron las universitarias, podría funcionar como estímulo para seguir recolectando víveres y dinero el próximo semestre académico.


“A mí me gustaría seguir la recaudación el semestre que viene porque ya esto no sale en las noticias, la gente ya se ha olvidado. Y vemos el caso de Sandy (2012) donde todavía la gente está viviendo en pobreza en algunas áreas. Este caso es bien diferente porque vivimos en una isla, la corrupción y la mala administración nos ha dejado ya en quiebra. Creo que es un caso bien difícil porque no tenemos ayuda de otros estados y no podemos irnos a quiebra”, detalló Natalia.

Igualmente, Carmen Laura ve lento el levantamiento de Puerto Rico. Le molestan las estadísticas. Le enoja que “el gobierno quiera reducir la magnitud de lo que pasó”. Se cuestiona el número de muertes y declara que “hasta hoy todavía hay gente muriendo por la falta de luz”.

Sin embargo, aún conserva la esperanza por la unión que ha surgido entre los boricuas –residentes en el archipiélago y en Estados Unidos– tras el paso del huracán.

Según la página de Facebook Students With Puerto Rico, a través de una campaña en GoFundMe, estudiantes boricuas en más de 50 instituciones estadounidenses lograron recaudar unos $250,000.



El 20 de septiembre


El sufrimiento emocional que atravesó la diáspora durante los primeros días luego del fatídico 20 de septiembre fue descomunal.

“Al principio, el sentimiento fue horrible, horrible. Estar viendo todos los videos y no poder estar ahí con mi familia, apoyándolos. Estar leyendo, escuchando los llantos de mi mamá todos los días después del huracán, fue horrible. A mí me puso en depresión”, rememoró Carmen Laura.

Los miércoles, Rocío tiene el calendario lleno de clases. No tiene mucho tiempo libre. Así que entre clase y clase se conectaba a la transmisión de Wapa-TV para enterarse de todo lo que estaba aconteciendo. De una vez, veía a su madre –Celimar Adames– y esto le daba un poco de consuelo.

“El día después fue el más fuerte porque no había comunicación para nada. No tenía cómo saber de ellos y ya estaba viendo todo lo que estaban mandado las personas de todo lo que pasó y me estaba dando mucha ansiedad. Ver todo lo que estaba pasando y no poder hablar con mi familia fue bastante impactante”, contó.

El 30 de septiembre, Rocío entonó Preciosa y Aleluya en el cuadrángulo de Manhattan College en un “open mic” que sirvió para recolectar fondos para Puerto Rico.

Las fuertes ráfagas del huracán categoría 4 colapsaron el sistema de telecomunicaciones. Esto lo sabe muy bien Natalia, quien habló con su madre a las ocho de la mañana del fatídico 20 de septiembre y no volvió a saber de ella hasta una semana después. No recibió ni un texto, ni una llamada, nada.

“Estaba con una ansiedad brutal. Me afectó en los estudios, no me podía concentrar”, apuntó.

Lo que no les faltó fue el apoyo de sus compañeros de universidad, así como de la administración.

“Me da mucho orgullo que tanta gente se haya unido para que pudiéramos poner nuestro granito de arena para poder ayudar a nuestro país. No podemos decir que son solo los puertorriqueños porque hay mucha gente que nos ha ayudado y la universidad nos ha ayudado un montón”, resaltó Rocío.
“Lo que duele es cuando la gente se acostumbra”

Este es el caso de Andrea Méndez, una venezolana de 20 años que ha trabajado incansablemente junto a sus amigos boricuas.

Como estudia Mercadeo y Publicidad, ella se ha encargado de preparar las propagandas. También, colaboró la noche en que vendieron los grilled cheese, donó ropa y motivó a su madre para que, desde Miami, comenzara a recaudar víveres para enviar a Puerto Rico.

Andrea, quien ha visitado el País en varias ocasiones, dijo estar incrédula ante la devastación.

“Yo estuve ahí y era todo tan perfecto, tan bonito, y ya no queda nada. Me han mostrado fotos de playas a las que me llevaron y ya no queda nada. Y que la madre de mi compañera de cuarto me haya contado con toda la tranquilidad del mundo que ellos lavan la ropa con agua de la lluvia, me quedé en shock. No podía creer que pasaron de tenerlo todo a no tener nada. En Venezuela, por lo menos, fue una transición, a ustedes le dieron una cachetada de la noche a la mañana”, soltó.


Es por esto, y por el cariño que les tiene a los puertorriqueños, que no ha dudado en dar la mano. “Ellos lo harían por mí”, dijo con una sonrisa.

Asimismo, admitió que no vacilaría en aceptar otra invitación para visitar la Isla “porque la gente es la que hace a Puerto Rico”.

Una vez, un taxista le dijo a Andrea que lo mejor que le podía pasar a Puerto Rico era que un huracán se lo llevara completo para que “el gobierno metiera mano y la gente se diera cuenta y se levantaran de una vez”.

“Lo bueno de llegar al fondo es que solo se puede ir para arriba y claro que se sale si se quiere. Lo que duele es cuando la gente se acostumbra a vivir así. Una vez te acostumbres a no tener luz, a no tener agua, a no tener nada, dejas de buscar lo que te mereces”, remató.

Denuncian violaciones de derechos humanos en Puerto Rico tras María

viernes, diciembre 08, 2017 Comentar
La acusación fue presentada durante una audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, D.C.

Una delegación compuesta por más de 25 organizaciones de Puerto Rico y la diáspora, denunció ayer violaciones de derechos humanos por parte de los gobiernos –local y de Estados Unidos– durante el manejo de la emergencia tras el impacto de los huracanes Irma y María.

La acusación fue presentada durante una audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, D.C. y se desprende de un informe, de unas 400 páginas, donde detallan la situación de Puerto Rico.

“Queremos denunciar la responsabilidad de Estados Unidos y del gobierno local sobre los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales de nuestra población sobre todo por la inacción en prevenir, atender y reparar las violaciones de derechos humanos que ya se han venido anunciando y que se han agravado luego de los pasos de Irma y María”, dijo Annette Martínez Orabona, quien dirige el Instituto Caribeño de Derechos Humanos.

Según la representante de la sociedad civil, el desastre existente en el país no fue natural, sino que es la culminación de décadas de mala planificación, marginación y explotación económica del territorio estadounidense que repercute en una frágil economía que mantiene a los puertorriqueños “viviendo en la pobreza”.

“La violación de derechos humanos era ya grave, con una crisis humanitaria provocada por nuestra quiebra económica, nuestra deuda pública, la Ley Promesa y la puesta en marcha de medidas de austeridad impuestas por nuestros gobiernos y por una Junta de Control Fiscal que nosotros no escogimos”, aseguró Martínez Orabona, quien también dirige la clínica de Derechos Humanos de la Universidad Interamericana.

Asimismo, resaltó la migración masiva de puertorriqueños –que se estima en sobre 200,000 personas este año– y la catalogó como involuntaria, “forzosa y sumamente dolorosa”.

Vieques en el olvido


A Kiana Shalí Figueroa Guadalupe se le quebró la voz al contar que su abuelo, residente de Vieques y paciente de cáncer, tiene metástasis porque perdió cuatro sesiones de quimioterapias por la falta de comunicación y de transporte marítimo luego del azote del huracán María.

“Pensé que estar sujetando la puerta de mi cuarto, durante siete horas con mi familia, contra la fuerza del huracán sería lo peor que me pasó, pero ahí solo comenzaba. La destrucción física que causó María destapó el abandono de mi pueblo que ha sufrido por décadas”, denunció la joven de 21 años.

La residente de Vieques también testificó que su municipio, a 78 días del paso de María, está completamente sin energía eléctrica, que todas las playas están contaminadas con desechos sanitarios, que los escombros han sido depositados en vertederos clandestinos y que el único hospital de la isla municipio está cerrado.

“El combustible no llega con la regularidad necesaria, además, [los gobiernos] impiden o complican la llegada de ayuda humanitaria”, denunció.

El factor principal de la poca ayuda que ha recibido la isla municipio es la falta de un sistema de transporte efectivo. Al día de hoy continúa incierta la venta de boletos individuales.

Actualmente, según la deponente, solo hay una embarcación, con capacidad para 60 personas, para transportar a los sobre 10,000 residentes viequenses, así como los suministros.

“Los gobiernos, tanto municipal como estatal, han sido negligentes con Vieques antes, durante y después del huracán”, indicó Figueroa Guadalupe, mientras hizo un llamado a investigar por qué sus compueblanos siguen pasando necesidades.

La joven, quien manifestó haber nacido en un Vieques “empobrecido, utilizado y abusado” por la Marina de Guerra de Estados Unidos, solicitó apoyo internacional como el que recibieron cuando lograron sacar al ejército estadounidense.

“Necesitamos que actúen, esto sí es de vida o muerte”, le exhortó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El sur y la contaminación ambiental


Otro de los reclamos presentados en Washington fue la “inacción” del gobierno para atender los depósitos de las cenizas tóxicas de carbón, producidas por la compañía AES, durante la emergencia.

“El gobierno se ha negado a ir a evaluar el estado de los depósitos de las cenizas después del paso del huracán y ha faltado a su responsabilidad de mantener a las comunidades informadas sobre riesgos a nuestra salud”, pronunció Betzaida Bosa Borrata, representante de la comunidad Tallaboa en Peñuelas y líder del Campamento en contra de las cenizas.

Según la deponente, las comunidades del sur de Puerto Rico están preocupados de que las cenizas no solo se hayan esparcido por aire, sino que hubiesen llegado a las escorrentías, alcanzado los acuíferos y contaminado las fuentes de agua potable.

Durante los huracanes Irma y María, AES no cubrió las cenizas como medida de contingencia según le solicitó el gobierno.

“Lo que sí sabe nuestra comunidad es que estas cenizas las encontramos todos los días en nuestras ventanas, en nuestros balcones, en nuestra mesa y en nuestros pulmones”, indicó.

De acuerdo con la enfermera, en Tallaboa hay una alta incidencia de enfermedades respiratorias, cáncer y padecimientos cutáneos.

“Por más de 50 años nuestras comunidades han sido víctimas de diversas fuentes de contaminación, múltiples industrias petroquímicas, una fábrica de ácido sulfúrico, el humo tóxico de la quema de miles de neumáticos, los efectos adversos de vertederos industriales, compañías de cremación de cadáveres, el manejo de gas propano y dos fallidos proyectos del gasoducto. Ahora, para colmo, nos contaminan con sobre 20,000 toneladas de cenizas tóxicas de carbón provenientes de una compañía energética privada”, tronó.

La alegada pasividad gubernamental fue catalogada por Bosa como una “actitud genocida” por parte del Estado al “propiciar que se nos siga envenenando durante décadas”.

“El gobierno de Puerto Rico ha hecho caso omiso a los reclamos y denuncias de nuestras comunidades que han tenido que hacer el trabajo que ellos no hacen: proteger la salud, el ambiente y la vida de nuestros constituyentes”, manifestó.

Es por esto que también trajo a colación la represión que ha recibido la comunidad por parte del gobierno y la Policía cuando han protestado en defensa de la salud.

Discrimen con Loíza


Otro ejemplo de violación a los derechos humanos presentado por la delegación fue el caso de Loíza, donde se asegura han sido discriminados por su pigmentación a través de los años.

“Hemos tenido residentes viviendo en unas condiciones infrahumanas con aguas usadas, llenas de excrementos, donde le salen directamente por los inodoros y fregaderos”, denunció la residente de Loíza, Modesta Irizarry Ortiz.

De acuerdo con la deponente, en el municipio hay unas 200 familias que quedaron sin vivienda tras los huracanes que impactaron la zona con dos semanas de diferencia.

Además, consideró injusto que los adultos mayores estén mendigando por alimentos y que los encamados, así como personas con discapacidades, hayan sido los “menos atendidos”.

Irrizarry Ortiz fue enfática en su llamado a que se defendieran los derechos humanos de todos los puertorriqueños y le cuestionó a la comisión si era “justo que haya personas viviendo en condiciones tan inhumanas”.

Estados Unidos defiende su ayuda humanitaria


Ante lo expuesto, el representante del gobierno de Estados Unidos Kevin Sullivan resaltó la ayuda económica que han destinado a la recuperación de Puerto Rico.

“Puerto Rico no es menos que otros territorios de Estados Unidos”, aseguró en su ponencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Asimismo, se refirió a Puerto Rico como un territorio autogobernable, por lo que la ayuda enviada ha sido en relación a lo que ha solicitado el gobierno boricua.

Más cuestionamientos que respuestas


Sin embargo, los miembros de la comisión cuestionaron la labor del gobierno estadounidense.

La presidenta Margarette May Macaulay criticó fuertemente la “lentitud con la que se enviaban las ayudas” y que luego que llegaban los suministros “estaban en el muelle y no se distribuían por falta de un plan de logística”.

“La situación en esta isla se ha empeorado, un territorio en su jurisdicción. Muchas veces es mejor no tener la responsabilidad, pero la tienen. Las personas siguen muriendo”, le dijo a Sullivan.

Por su parte, el representante gubernamental le aseguró que las ayudas continuarán hasta que la situación “se normalice”.

“¿Cuáles son las políticas que se toman con Puerto Rico en relación con las que se toman en cuestiones similares en otros estados?”, inquirió la relatora especial, Soledad García Muñoz, quien se solidarizó con las víctimas de la catástrofe y reconoció la resiliencia de los puertorriqueños.

“La recuperación ha sido larga y difícil debido, en parte, a alguno de los retos geográficos y logísticos que plantea Puerto Rico”, contestó Sullivan.

Otro de los miembros del organismo regional, José de Jesús Orozco Henríquez, resaltó los daños ecológicos causados por las cenizas de carbón y le pidió explicaciones al representante estadounidense. Sin embargo, este aseguró no tener información sobre lo sucedido en Peñuelas.

El relator por la Libertad de Expresión, Edison Lanza, requirió más información sobre la coacción de las protestas y el uso de la fuerza por parte de la Policía de Puerto Rico. Además, cuestionó la falta de acceso a la información pública.

El gobierno de Puerto Rico no envió ninguna representación para deponer ante la comisión.

“Es una vergüenza que el gobierno de Puerto Rico no haya enviado una representación para contestarle a su gente, no lo hace tampoco en Puerto Rico”, dijo la representante de la sociedad civil Martínez Orabona.

A modo de cierre, la presidenta del Instituto Caribeño de Derechos Humanos reiteró que el desastre por el que traviesa Puerto Rico no es natural, sino que los huracanes agravaron la situación existente.

Además, destacó el papel de la Junta de Control Fiscal que “exige mayor austeridad a un pueblo que se está muriendo de hambre”.

“Tenemos un problema en Puerto Rico y es uno de discriminación, es de discriminación desde nuestra relación colonial”, sentenció.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Recogido de comida para alimentar a universitarios

martes, diciembre 05, 2017 Comentar
"Con la barriga vacía no se puede estudiar". 


– Este es el único plato de comida caliente que me como al día, lo demás es comida militar.

Esas palabras son una constante entre los estudiantes que entre 11:00 a.m. y 1:30 p.m. se acercan al Comedor Social Universitario del Recinto de Río Piedras en busca de un plato de comida para poder almorzar.

Aunque la iniciativa comunitaria comenzó hace cuatro años, tras el paso del huracán María los comensales se han multiplicado.

“Un día normal en el recinto, antes de María, era entre 100 a 120 personas. Actualmente, estamos recibiendo entre 200 a 250 personas de lunes a jueves, un incremento de cien por ciento. Hasta ahora, estimamos que hemos repartido alrededor de 3,800 platos de comida desde el día siguiente al reinicio de clases”, explicó el coordinador, Joshua García Aponte.

Pero, no dan abasto.

El impacto del huracán que azotó hace 76 días a Puerto Rico, también afectó las reservas alimentarias del proyecto. Se les dañó la compra que tenían y los gorgojos se apoderaron de los arroces.

Ahora, hay más estudiantes necesitados de alimento, pero el Comedor Social posee menos comida.

“Con este reinicio de clases nos aumentó la gente que viene porque están afectadas por la crisis en sus pueblos y cuando llegan a la universidad, igual. Al aumentar la comensalía, aumenta la cantidad de comida que hacemos y no damos abasto”, lamentó el estudiante.

Otro de los consensos entre los gallitos y jerezanas que degustan de los variados menús que ofrecen es que si no fuera por los tres sistemas de aportaciones: suministros, trabajo o dinero, tendrían que elegir entre pagar el transporte o comer.


Es por esto que los integrantes del Comedor Social emprendieron una campaña de recolección de alimentos que finalizará el 16 de diciembre con la intención de reunir la mayor cantidad posible de víveres.

“Ahora, el comedor social tiene más sentido que nunca en la gente. El que antes tenía unos chavitos y le alcanzaba para pagar el tren, comer en la universidad y hacer sus otras cositas, pues ahora no lo tiene porque lo despidieron del trabajo o a sus papás los despidieron. Tenemos historias de gente que sus papás se fueron a Estados Unidos y ellos se quedaron acá. Por eso tiene más sentido que haya un comedor social donde las personas puedan obtener su comida accesible y de calidad”, reafirmó García Aponte.

La preocupación de los integrantes del Comedor Social va más allá de la necesidad de alimentos, sino de comida saludable que en el futuro no sea otro escollo más para la recuperación del país.

“La agudización de la crisis, más allá de dejar a la gente sin casas, lo que está haciendo es que la gente se enferme a través de la comida. Lo que están comiendo son salchichas y jamonilla, que a largo plazo se va a traducir en enfermedades”, proyectó el joven activista.

Aquellas personas que deseen donar alimentos lo pueden llevar a la mesa de distribución, frente a la Facultad de Ciencias Sociales, en horario de 11:00 de la mañana a 1:30 de la tarde.

“El sábado 16 de diciembre queremos hacer un evento como cierre de la campaña. Hasta ahora estamos pensándolo como un comedor comunitario en alguna parte de Río Piedras y que de 10:00 a.m. a 5:00 p.m. las personas puedan dejar su donativo, pero que también puedan comer y participar de conversatorios y talleres”, adelantó.

Entre los alimentos solicitados se encuentran: arroz, habichuelas, viandas, vegetales, cebollas, aceite, pastas, pimientos, papas, zanahorias, sofrito, ajo molido, achiote, leche evaporada, pasta de guayaba, especias, sal, pollo, pescado o carnes.

“María ha traído implicaciones para la universidad como menos espacios de estudio y menos áreas para uno poder sentarse y coger wifi, si eso se suma a la mala alimentación estamos condenados a no completar nuestro grado. Con la barriga vacía no se puede estudiar”, remató.
_________________________________________________________________________________
También, pueden realizar sus donaciones por medio de ATH Móvil al 787.329.7479 o a través de PayPal: cdpecpr@gmail.com

Para más información pueden comunicarse al 787.205.3794 o seguir en Facebook: Comedor Social Universitario y Comedores Sociales de Puerto Rico.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo

Revelan irregularidades con becas a cirujanos de Ciencias Médicas

viernes, diciembre 01, 2017 Comentar
El informe de la contralora señala que los funcionarios de la institución –que dirigía en 2013 el actual secretario del Departamento de Salud– “no fueron diligentes”. (Suministrada)

Contratos retroactivos y pagos en exceso que no han sido reclamados fueron algunos de los señalamientos que realizó la contralora, Yesmín M. Valdivieso, sobre una querella relacionada a becas universitarias concedidas a dos cirujanos pediátricos del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

La Oficina del Contralor resaltó que los funcionarios de la institución “no fueron diligentes” y no realizaron correctamente los procedimientos de ley para otorgar tres contratos a los galenos e instituciones universitarias.

El RCM pretendía adiestrar médicos puertorriqueños en universidades de Canadá para subsanar la necesidad de cirujanos en el Hospital Pediátrico Universitario del Centro Médico de Puerto Rico, así como en la Escuela de Medicina de la UPR.

Los contratos fueron sometidos en febrero y abril de 2013 cuando el actual secretario del Departamento de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, fungía como rector del RCM. También, durante su mandato en la institución (octubre 2010 – abril 2013) nombró como profesor a Ricardo Rosselló sin pasar por los debidos procesos reglamentarios. Asimismo, designó a Enrique Santiago como director de CRECE-21, programa al que se le han radicado 263 cargos por esquema de corrupción.

Según la investigación, el 13 de febrero de 2013 el RCM otorgó un contrato de 75,000 dólares canadienses anuales a una universidad en Ontario, Canadá, por cada médico que participara en el programa de preparación para médicos cirujanos.

Sin embargo, el contrato se otorgó con 227 días de retroactividad. Esto es contrario a lo establecido en la Ley 237 de 2014 que dicta que todo contrato por servicios profesionales o consultivos entre contratistas y el gobierno debe ser prospectivo.

Además, la institución realizó el desembolso en dólares estadounidenses y, a pesar de recibir notificación de la universidad canadiense de que el pago era más de lo necesario, a junio de este año la UPR no había realizado ninguna gestión para recuperarlos. La contralora estimó el excedente en $3,733.

“Como norma de sana administración, los funcionarios de las corporaciones públicas deben adoptar las medidas necesarias para cobrar cualquier dinero adeudado lo antes posible”, reza el informe investigativo.

Otro contrato, para becar al primer médico en la universidad canadiense, fue otorgado el 29 de abril de 2013 con 302 días de retroactividad. El becario, que comenzó su adiestramiento en 2012, recibiría unos $312,000.

“Como norma de sana administración y de control interno, es deber de los funcionarios asegurarse de que el otorgamiento de los contratos sea prospectivo, incluya cláusulas que requieran información y documentación necesaria para proteger el interés público, no se presten servicios antes de formalizarse y se requiera toda la documentación necesaria para la administración de los mismos”, apunta el informe de la contralora.

Por último, un tercer contrato fue firmado el 26 de febrero de 2013 con otra institución canadiense para la preparación que recibiría un segundo médico. Sin embargo, nunca se formalizó y “no fue numerado ni anotado en el Registro de Contratos del RCM”.

A pesar de esto, el 2 de diciembre de 2014 el RCM pagó $75,000 por el adiestramiento que recibió el segundo médico desde junio de 2013 a junio de 2014.

“Los funcionarios del RCM no explicaron por qué no se culminó el proceso de formalización del contrato en el cual se incluyeron dichos servicios”, se desprende de los resultados de la investigación.

No fue hasta el 1 de julio de 2014 que Ciencias Médicas formalizó el contrato del segundo cirujano. No obstante, se remetió sin cuantía a la Oficina del Contralor de Puerto Rico contrario a lo que estipula la Ley 18 de 1975.

Es por esto que Valdivieso le recomendó al presidente interino de la UPR, Darrel Hillman, a tomar las medidas necesarias para asegurar que el RCM no vuelva a otorgar contratos de manera retroactiva, incluya las cuantías del contrato y reclame dinero adeudado con premura.

Asimismo, se dirigió al rector interino de la institución, Segundo Rodríguez Quilichini, para que suministre la información requerida a la primera institución canadiense para recuperar el dinero pagado en exceso.

Del informe no se desprenden los nombres de las instituciones universitarias ni el de los cirujanos pediátricos becados.

El RCM tomará acción


El RCM, por medio de un comunicado emitido por su oficial de prensa Ángel Hoyos, aseguró que “tomará las medidas necesarias para cumplir con las recomendaciones del informe”.

Sin más detalles, aprovecharon la oportunidad para mostrar su agradecimiento por la labor profesional y humana que han realizado los cirujanos que deben cumplir cinco años de trabajo con la institución académica y sanitaria según estipulaba la beca.

“Nos enorgullece poder contar con médicos del calibre y humanismo que caracterizan a estos dos médicos. En el corto período de tiempo que llevan en Puerto Rico ambos han tenido la oportunidad de demostrar su compromiso con la isla de diversas maneras. Estos participan activamente en los foros mediáticos hablando de temas de interés para las comunidades”, apuntan las declaraciones escritas.

La administración también resaltó que los cirujanos han educado a otros profesionales de la salud con foros y conferencias para reeducar sobre las últimas tendencias quirúrgicas pediátricas.

“Son los únicos cirujanos en Puerto Rico, y de los pocos que existen en el mundo, formalmente entrenados en realizar cirugía pediátrica y neonatal mínimamente invasiva compleja; siendo los responsables de hacer más de 10 cirugías por primera vez en la isla”, señalaron.

Además, han realizado trabajo voluntario para las víctimas del huracán María a través de la Fundación Hospital Pediátrico.
_________________________________________________________________________________

Original del publicado en Diálogo